“Para ello, lo que hicimos en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), fue verificar que la zona en que se va a descargar afecte lo menos posible a la actividad económica, como la pesca, y que no haya alguna comunidad bentónica, es decir, alguna especie que habite justo en ese lugar, lo que en este caso fue descartado luego de una gran cantidad de monitoreos y estudios. En este caso, la desembocadura del emisario queda a más de 160 metros del borde costero mar adentro, zona con corrientes marinas que facilitan la dilución de la salmuera. El área de la influenza de la salmuera es de 25 metros, es decir, fuera de este radio ya no se aprecia la diferencia de salinidad y el flujo de corrientes facilita para que no exista precipitación de la sal”.
Por último, el ingeniero afirma que han mantenido permanente diálogo con pescadores y gremios de pescadores de la zona, con los cuales realizaron varias mesas de conversación en las que llegaron a acuerdo, demostrando que no había un perjuicio a su actividad a futuro, y además aportando a varias de sus iniciativas, como financiamiento para proyectos productivos, implementos de trabajo e indumentaria entre otros. | RS
