La COP25 debía desarrollarse en Santiago de Chile, pero ante la movilización social que comenzó en ese país el pasado 18 de octubre, el presidente chileno, Sebastián Piñera, dijo que no podía acoger la cita.
Tras la renuncia de Chile por la situación que se vive en el país, España ha sido consciente de que la acción sobre el cambio climático no podía esperar, y en esta extraordinaria situación la prioridad ha sido apoyar la agenda climática y el multilateralismo, en un momento en que éste está amenazado.
Por ello, España aseguró la celebración de la COP25 en Madrid, bajo la presidencia chilena, en las mismas fechas previstas originalmente.
El Gobierno español aseguró que esta cumbre supone el arranque de un año decisivo para la ambición climática global, en el que España, como país de la comunidad iberoamericana, quiere forjar el camino de la implementación de esa ambición y convertir a Madrid, a Chile, y a toda América Latina en las capitales solidarias del cambio.
Las instalaciones que acogerán la COP25 ocupan más de 100 mil metros cuadrados, ubicados en siete pabellones de recinto ferial de IFEMA, donde trabajan seis mil profesionales y dos mil voluntarios.
La COP 25 dará comienzo el próximo día 2 de diciembre con una ceremonia inaugural que contará con la intervención en el plenario del presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, y del secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.
