La máquina de reciclaje desarrollada por Miniwiz, una empresa taiwanesa especializada en sostenibilidad y reciclaje de desechos industriales y particulares siguiendo los principios de la economía circular.
Imagina un híbrido entre una cafetera de cápsulas y una impresora 3D portátil. Luego multiplica el tamaño exponencialmente y ponle unas placas fotovoltaicas para alimentar la máquina resultante con energía solar. Y en vez de utilizar un material de impresión prefabricado, imagina que el dispositivo es capaz de reciclar plásticos procedentes de desechos para fabricar materiales de construcción. Pues de eso va fundamentalmente Trashpresso, la máquina de reciclaje desarrollada por Miniwiz, una empresa taiwanesa especializada en sostenibilidad y reciclaje de desechos industriales y particulares siguiendo los principios de la economía circular.
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Con unas medidas de doce metros de longitud, Trashpresso está concebida como un tráiler de reciclaje que puede transportarse a cualquier punto que se desee, y que puede funcionar de forma autónoma, en ubicaciones sin conexión a la red eléctrica. Esta planta recicladora portátil puede procesar cualquier elemento plástico, incluyendo botellas y recipientes, y convertirlos en losas que pueden emplearse con fines decorativos. Otra de las ventajas de esta innovación tecnológica es que el agua empleada para filtrar los residuos plásticos también se reutiliza, por lo que el consumo de agua es extremadamente reducido.
Así, lleva a cabo todo el proceso en tres sencillos pasos: compactación, purificación y remodelación de los residuos. Los filtros de agua y aire de la máquina garantizan que no se liberen sustancias tóxicas durante el proceso de reciclaje. Además de utilizar una tecnología verde, sus inventores insisten en que otra de las grandes prioridades es que también sea eficiente.
Por ahora Trashpresso lleva recicladas 12 600 botellas de plástico que se han transformado en 2520 baldosas en las diversas demostraciones realizadas. Los promotores de este proyecto tecnológico indican que es capaz de procesar hasta cincuenta kilos de residuos de plástico por hora. No obstante, aunque es una máquina completamente funcional, sus inventores la están utilizando principalmente como vehículo educativo para concienciar acerca de la necesidad del reciclaje. Esta filosofía les ha empujado a llevar su planta recicladora portátil a ciudades europeas como Londres y Milán o chinas como Pekín, alcanzando lugares tan remotos como las montañas del Tíbet.
Una tecnología en constante evolución Trashpresso va ya por su tercera iteración, que se está desarrollando en los laboratorios de Miniwiz en Taiwán y Alemania. La nueva versión de esta miniplanta de reciclaje tiene el objetivo de aumentar la velocidad de procesamiento de los residuos, mejorar la pureza del material, desarrollar más opciones de producto terminado aparte de las losas, y reducir más si cabe el tamaño y el peso de la línea de reciclaje. Bastarán dos tráileres estándar para transportar la Trashpresso 3 y sus paneles solares serán flexibles.
Y eso no es todo. Los ingenieros de Miniwiz ya están trabajando en otros modelos de plantas de reciclaje portátiles que permitan reciclar papel, telas o incluso metales como cobre, bronce, oro y plata. La mayoría de estas versiones recurrirán a sistemas de impresión 3D para crear piezas a medida.
Fuente: Trashpresso
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