“Chile se encuentra en una encrucijada donde la sequía, el cambio climático y la demanda creciente sobre los recursos hídricos están dando forma a la dinámica de la industria minera. Esta es una actividad que necesita agua en cada etapa de su proceso productivo, desde la extracción hasta el procesamiento y la deposición de residuos”, señaló la secretaria de Estado.
En esa línea, abordó que existen proyecciones que para el año 2033 el 71% de agua que se utilice en el sector minero provenga de mar, registrando un crecimiento de 167% con respecto al año 2021, mientras que el uso de agua territorial bajará un 45%, lo que significa un cambio en la matriz.
En la oportunidad la ministra Williams señaló que uno de los grandes desafíos que existen en el ámbito de desalación apunta a avanzar en infraestructura compartida. “El desafío es que esta infraestructura -en una industria donde ha sido exitosa la desalación- pueda ser compartida de manera que resolvamos los temas de todos los actores en el territorio, no solamente del sector minero, sino que también de los ciudadanos que viven cerca de las faenas mineras”, puntualizó.
La máxima autoridad de la industria minera explicó que “si se revisa la cartera de proyectos de Cochilco, para los próximos cinco años hay once proyectos de desalación concentrados en cuatro regiones del país. Eso es una tarea gigante para los privados y para el Estado y una alianza público- privada es el espacio que tenemos para resolver temas de infraestructura compartida y sacar adelante estos proyectos”.
Finalmente, la ministra de Minería invitó a todos los actores a conversar y generar un espacio para abordar este tema para avanzar en sacar adelante los proyectos de desaladoras con un origen y destino común, que sean multipropósito y sirvan a todos los fines del territorio.
