Microplásticos en los océanos ¿Cuál es el riesgo para nuestra sangre?

Una investigación holandesa detectó rastros de microplásticos en la sangre humana, dicho hallazgo llama a tomar medidas urgentes para evitar el deterioro del medio ambiente y prevenir enfermedades en la especie humana, comenta el Dr. Iván Franchi, experto de la UNAB.

¿Sabía que este 2022, científicos de Holanda detectaron microplástico en la sangre humana? ¿Cómo llegó ahí?, el Dr. Iván Franchi, académico e investigador del Centro de Investigación para la Sustentabilidad UNAB, comenta este hallazgo y explica los efectos nocivos que produce el plástico en las aguas del mar, a propósito del Día Mundial de los Océanos. 

El microplástico no se ve a simple vista y tampoco se puede detectar con facilidad. No obstante, hay grandes toneladas en los océanos, e incluso, llegando a incluirse en la sangre humana. Así lo consignó el estudio holandés Environment International, el que arrojó que existe presencia de partículas de microplásticos en la sangre humana, las que pueden ser transportadas a los órganos por el torrente sanguíneo.

 

Analizando el reporte, se observó que existían 1,6 microgramos por mililitro, lo que es comparable a una cucharadita de plástico en 1.000 litros de agua. Una noticia preocupante que llama a tomar conciencia. 

 

¿Cómo pasó esto? “Los microplásticos afectan a los seres vivos por el proceso de ingestión. Cualquier superficie sólida que esté en el océano, será una plataforma que será poblada por microorganismos, éstos se incorporan a la cadena trófica y terminarán en especies de mayor tamaño, las que podrían transferir los polímeros, posiblemente -aún no hay evidencia concluyente- a los humanos”, explica Franchi.

 

¿Cómo afecta esto a nuestra especie?  El académico declara que la exposición a los polímeros, genera graves problemas de salud. “Hay antecedentes que demuestran que podrían verse afectados el sistema nervioso o reproductivo. En casos más graves, se ha evidenciado que podría existir una relación potencial entre los microplásticos y el desarrollo de cánceres. Además, en algunos casos se han observado también deterioros genéticos”.

Cabe señalar que los microplásticos abarcan un sin número de problemáticas ambientales, Franchi, quien lleva más de una década estudiando los residuos, sintetiza que, “desde 1950 los plásticos han ido aumentando sostenidamente a nivel mundial. Sólo entre el 2000 y el 2015 han aumentado en un 80%. Incluso se proyecta que su producción al 2050, alcance los 33 millones de toneladas”.

 

Hay evidencia científica suficiente, que indica que el medio -naturaleza- ya no tiene la capacidad de asimilar la cantidad de plásticos producidos a la fecha. En otras palabras, se ha superado el umbral de tolerancia del planeta frente a la cantidad de residuos plásticos que se producen anualmente”. Informa Franchi. 

 

Plásticos v/s medioambiente una batalla que no da tregua

 

Ante este panorama, surge la pregunta, ¿Se puede hacer algo? Franchi precisa que, “tenemos que dejar de producir plástico”, dadas las cifras que se proyectan, sin embargo, existen otras formas de aportar al cuidado del medio ambiente y cuidar la preservación de las especies, incluyendo la nuestra.

 

Actualmente, en nuestro país existen legislaciones que pueden contribuir a disminuir el impacto del plástico. Entre ellas se encuentra la Ley de Responsabilidad Extendida al Productor (REP) del 2016. Esta normativa responsabiliza al fabricante, para que éste recupere un porcentaje de sus productos una vez que cumplen su ciclo de vida útil, vale decir, antes de que se transformen en residuos. Esta política aporta a la disminución de desechos plásticos, pues incentiva su reciclaje para una segunda vida.  

 

También está Ley 21.368, la que entró en vigencia en agosto del 2021 y que presenta un marco regulatorio frente al plástico de un solo uso, otros plásticos no reutilizables y los recipientes o envases descartables de poliestireno expandido (tecnopor), para alimentos y bebidas de consumo humano en el territorio nacional, sin embargo, el experto, comenta sus alcances.

“Con la Ley de Plásticos de un solo uso se espera disminuir en 23 mil toneladas la generación de plásticos livianos. Pero, del total de plásticos que hay en el mercado, sólo el 2% de ellos son regulados por esta Ley y por lo tanto hay un buen margen de residuos plásticos que deberían ser regulados con mayor precisión para evitar que esos plásticos terminen en espacios naturales y en el océano”, especifica, el Dr. Franchi desde el Centro de Investigación para la Sustentabilidad UNAB.

 

Finalmente, para continuar la batalla contra el plástico el experto, indica que es imperativo dejar de producirlo y, “comenzar a trabajar bajo el paradigma de la circularidad. La Economía Circular, nos invita a pensar procesos, para que nuestra sociedad pueda ir reduciendo la cantidad de consumo de materiales, entre ellos el plástico”. 

 

Y añade, Pero, más importante aún es asegurar que esta reducción no genere un impacto ambiental o más emisiones. Por lo tanto, tenemos el deber de no inventar falsas soluciones y asumir que estamos en un dilema ético, no sólo del punto de vista natural, sino que también con la responsabilidad que tenemos con las especies con las que convivimos y somos interdependientes”, sentencia Iván Franchi.