Según informó El Mercurio, a nivel general, desde la cartera de Energía adelantan que el objetivo es dar cumplimiento a los compromisos de la carbono neutralidad a 2050 y tener plenamente operativas las instalaciones para el desarrollo del combustible verde, como las centrales productoras de energías renovables necesarias que habiliten la transición energética.
“Aquí hay dos partes, lo que queremos en esta administración es dar comienzo al desarrollo de la escala comercial del hidrógeno verde, ese es uno de los objetivos fundamentales, en la medida en que podamos desarrollar una mayor escala, fantástico, pero lo que hay hasta ahora son proyectos piloto. La etapa comercial, en la que esto empieza a ser un aporte relevante para el PIB y el empleo, es un poco distinta y esa es la etapa que queremos dejar operativa cuando termine este gobierno”, señala el ministro de Energía, Claudio Huepe.
La autoridad explica que ya se ha entablado una serie de conversaciones con varios países de Asia y Europa, que consideran que requieren contar con una capacidad de producción fuera de sus fronteras, por lo que están en marcha alianzas de largo plazo, aunque no todo será para exportar, ya que se busca desarrollar la industria en el país y los servicios que pueden estar asociados a ella.
En toda esta estrategia, un rol clave es el que jugará la estatal Enap, que, según explica Huepe, es uno de los más grandes consumidores de hidrógeno producido de manera convencional en Chile durante su proceso de refinación, por lo que el objetivo es que lo antes posible se pueda reemplazar por hidrógeno verde.
“Lo segundo tiene que ver con que Enap, como empresa pública, puede ayudar a este rol articulador del Estado. Hay ciertas inversiones en que, dadas la escala y sinergias con otros procesos, el rol de Enap puede ser fundamental para llevar adelante el proceso (...). Lo que hemos visto es que las empresas públicas pueden jugar un rol relevante en el desarrollo, que no intenta en ningún sentido superar o anular el rol de las empresas privadas, sino que buscar espacios de complementariedad”, dice el ministro.
Estos planes son fundamentales para la transición energética que se prevé para las próximas décadas, que, además, van a requerir de varios miles de millones en inversiones para nuevas iniciativas renovables.
Consultado respecto de las incertezas que han reclamado algunas empresas en las últimas semanas, el líder de la cartera energética adelanta que se encuentran trabajando con la industria, a la que se le han planteado varios temas, siendo uno de ellos la necesidad de una mirada mucho más sistémica, que incluya a todos los segmentos de la actividad energética, entre ellos, la generación, distribución y transmisión.
“Anunciamos un diálogo de futuro con las empresas, pensando los problemas de largo plazo, de manera de dar certezas, porque en los últimos años se ha dado una serie de cambios, que han sido respuestas rápidas a problemas puntuales, que han ido generando incertidumbre. Lo que hemos hablado con las empresas es que este período que viene de transición energética es de alta complejidad, se requiere mucha inversión, hay un cambio tecnológico y social. Tenemos que ser capaces de enfrentar esa complejidad conjuntamente, por lo que los cambios tienen que ser ordenados, rigurosos, progresivos y estructurados, para eso llevamos un tiempo conversando y vamos a pasar a una nueva etapa, en la que vamos a trabajar esta visión futura, generando un plan estratégico del país”, explica Huepe.
En esta línea, el ministro reveló que en los próximos meses se dará a conocer el plan con el que el Gobierno busca acelerar la salida de las centrales a carbón en torno a 2030, y que una vez presentado, lo secundará la estrategia para retirar prácticamente la totalidad de los combustibles fósiles a 2050, iniciativa que podría tardar un año en su elaboración.
Fuente: El Mercurio
