El líder de la ACADES sostiene que, en el país, “en promedio, una planta desalinizadora se está demorando alrededor de ocho años en conseguir los permisos”.
El presidente de la Asociación Chilena de Desalinización (ACADES), Carlos Foxley, declaró recientemente que la “permisología es una pesadilla. En promedio en Chile una planta desalinizadora se está demorando alrededor de ocho años en conseguir los permisos. El permiso más complicado por lejos es la concesión marítima y después viene un montón de otros permisos, la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) y hay permisos que dependen de la Dirección General de Agua (DGA) que es de obra hidráulica mayor. Ese permiso tarda una barbaridad”, señala el ejecutivo, aunque reconoce que en el último tiempo en la DGA “se han estado demorando menos”.
Foxley explica que la concesión marítima sigue siendo el permiso más complicado, y más aún si durante la construcción, al hacer excavaciones, se encuentra algo que podría ser un hallazgo arqueológico, pues, puede detener la obra por muchos meses con un gran costo, y muchas veces se comprueba que lo encontrado no tenía valor arqueológico. “Debemos encontrar mecanismos que permitan acortar considerablemente los plazos, la sequía no nos esperará, debemos movernos más rápido”, enfatiza el líder de ACADES.
Carlos Foxley, presidente de la Asociación Chilena de Desalinización (ACADES).
Y aún sin esta condición, Foxley enfatiza que “de todos modos el tiempo que toma obtener todos los permisos para una desaladora es extremadamente largo, pudiendo hacerse lo mismo de manera mucho más rápida. O sea, no es que no haya que pedir permisos o que la revisión de estos sea laxa, sino que dé prioridad a su revisión para que podamos alcanzar a mitigar los efectos de la sequía a tiempo”.
La fórmula Foxley
Al respecto, el dirigente piensa que hay fórmulas “muy sencillas” que podrían ayudar a agilizar la tramitación de permisos, y que sería muy simples de implementar.
¿Cómo lo haría? Desarrollando un proyecto que pueda ingresar varias solicitudes de permisos en forma paralela sin tener que esperar la aprobación de uno para presentar el siguiente.
“¡Con esto se podría ahorrar un par de años en el proceso! Y si no se aprueba el primer permiso no se aprueban los demás, pero se revisan y tramitan de manera paralela, así hay muchas cosas que se podrían mejorar sin necesitar recursos extra ni nuevas leyes”.
“Es urgente disminuir los plazos de tramitación de los permisos o no llegaremos a tiempo con las desaladoras que muchos lugares de Chile necesitan o muy probablemente van a necesitar en el corto y mediano plazo”, concluye.
Por su parte, la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, señaló al medio ExAnte, que en el país “no hay ninguna traba a la inversión, la evaluación ambiental es una condición del desarrollo”.
“Lo que hay que reforzar es la institucionalidad ambiental, estamos en una triple crisis de degradación medioambiental muy severa, y por lo tanto, corresponde en este momento de desarrollo elevar los estándares medioambientales y entender que el cuidado del medioambiente es una condición del desarrollo. Habiendo dicho eso, la crisis medioambiental que estamos viviendo también requiere de una urgencia, de acelerar ciertos procesos. Y eso significa que también necesitamos trabajar a un ritmo acorde a la urgencia en la evaluación ambiental. Asegurarnos de que podamos hacer una evaluación ambiental correcta, robusta y más rápida. A fin de año vamos a ingresar un proyecto de ley de una reforma a la institucionalidad ambiental que incluye estos aspectos”, finalizó.
