Frente al aumento del consumo energético, la minería en la región apuesta por la digitalización, la inteligencia artificial y la colaboración para equilibrar productividad y sostenibilidad.
En América Latina la minería es una de las principales actividades económicas, pero también una de las más intensivas en el uso de energía. Este desafío adquiere mayor relevancia en un contexto de cambio climático y creciente demanda global por materias primas críticas para la transición energética, como el cobre y el litio.
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En Perú, por ejemplo, según datos de Statista (2024), en 2023 más del 70% de la energía primaria consumida en el país provenía de fuentes fósiles como el petróleo y el gas natural, lo que pone de manifiesto la alta dependencia del país en torno al consumo de energías no renovables en el sector industrial, incluida la minería.
En Chile, en tanto, de acuerdo al informe “Proyección del Consumo de Energía Eléctrica en la Minería del Cobre” de Cochilco (2024), el consumo de energía eléctrica en la minería del cobre crecerá más de 31% al 2034, mientras que la producción avanzará solo un 21%. Este desbalance subraya la necesidad urgente de adoptar tecnologías que permitan una minería más eficiente y sostenible.
Ante este panorama, la transición energética y la incorporación de tecnologías avanzadas, como la automatización y la digitalización, son elementos esenciales para transformar el sector minero. La adopción de herramientas como la Inteligencia Artificial (IA), analítica de datos y los sistemas de control automatizado permite optimizar procesos operativos y también, contribuye a reducir el consumo energético, disminuir costos y minimizar el impacto ambiental, haciendo posible una minería más eficiente y sostenible.
Datos inteligentes para decisiones estratégicas
“La inteligencia artificial debe ser parte del día a día de los procesos específicos de la minería. Así es como se logran resultados tangibles”, afirma Orlando Lara, gerente de Cuentas Estratégicas de Minería, Minerales y Metales de Schneider Electric. Según el ejecutivo, el activo más valioso de la industria ya no es exclusivamente el mineral extraído, sino la información generada en todas las etapas del proceso productivo, ya que “con datos precisos, las compañías pueden tomar decisiones clave para ser más eficientes, reducir costos y mejorar su desempeño ambiental”.
No obstante, la digitalización no basta por sí sola. El verdadero desafío radica en utilizar los datos de manera estratégica para transformar la operación minera. Tecnologías como el machine learning y la analítica avanzada están revolucionando la manera en que las empresas interpretan la información, lo que les permite prever fallos, optimizar recursos y adaptarse a las demandas de sostenibilidad.
Un enfoque colaborativo
El futuro de la minería en América Latina también dependerá de la capacidad de los actores del sector para trabajar en conjunto. “Ningún actor puede avanzar de manera independiente. La minería necesita alinearse con el sector energético, las universidades y otros socios clave para lograr procesos equilibrados y sostenibles”, enfatiza Lara.
En un contexto global que avanza hacia la sostenibilidad, la minería latinoamericana tiene una oportunidad única para liderar el cambio mediante la innovación tecnológica y la cooperación estratégica. Con tecnologías avanzadas, decisiones informadas y alianzas estratégicas, la minería seguirá consolidándose como un motor de desarrollo económico y, al mismo tiempo, un ejemplo de sostenibilidad en el camino hacia un futuro más limpio y resiliente.
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