La Comisión Nacional de Energía ha proyectado un aumentado de las cuentas de energía eléctrica para el año 2023 superior al 20%, debido al cese del fondo de estabilización de precios de la energía. Otros estudios, revelan que el alza podría alcanzar un 45%, debido a la volatilidad alcista de los precios del petróleo, el aumento del tipo de cambio y del costo de transporte en distintas cadenas logísticas, la incertidumbre y especulación de precios y la presión inflacionaria. Debemos avanzar hacia una transición justa desde el punto de vista energético acelerando la inversión que permita la concreción de proyectos y los desafíos establecidos en nuestra estrategia nacional de hidrógeno verde, de modo de explotar -en parte- el potencial energético renovable de Chile que alcanza los 2375 GW, si queremos dejar de depender de los vaivenes externos.
“Debemos avanzar hacia una transición justa desde el punto
de vista energético acelerando la inversión que permita la
concreción de proyectos y los desafíos establecidos en nuestra estrategia nacional de hidrógeno verde”
Nuestra matriz energética, así como ocurre en otros países, aún depende fuertemente de los combustibles fósiles, los cuales, debemos importar casi en un 100% para generar la energía eléctrica en plantas termoeléctricas o de ciclo combinado. Debido a nuestra dependencia de combustibles fósiles, no se prevé un buen escenario para los precios de la energía eléctrica que pagamos en nuestros hogares, pues los costos de generación, transmisión y distribución se han incrementado. Por otra parte, las controversias geopolíticas del viejo mundo, expresadas en la guerra de Rusia y Ucrania han afectado la producción de fertilizantes necesarios para el desarrollo de actividades agrícolas.Los nutrientes son necesarios para el crecimiento vegetativo de las plantas y mejorar la calidad del sustrato a nivel nutricional. La escasez de fertilizantes ya está afectando la producción de alimentos en varios países y ya se prevé escasez de alimentos para las próximas temporadas.
“Las controversias geopolíticas del viejo mundo, expresadas
en la guerra de Rusia y Ucrania han afectado la producción
de fertilizantes necesarios para el desarrollo de actividades agrícolas”.
Para nuestro país, ambos problemas descritos anteriormente, tienen una respuesta común. La respuesta se sustenta en la explotación de nuestros recursos renovables de energía (solar y eólico principalmente), para producir energía eléctrica e inyectarla al sistema eléctrico nacional. Cabe destacar que, en la última década, el costo nivelado de la electricidad (LCOE) de la energía fotovoltaica ha disminuido un 85% y el de la eólica on-shore un 56%.
“En la última década, el costo nivelado de la electricidad (LCOE)
de la energía fotovoltaica ha disminuido un 85% y el de la eólica
on-shore un 56%”.
También, a partir de estas fuentes renovables de energía, se puede producir hidrógeno verde que permite el almacenamiento y distribución de energía, ya sea, como energía eléctrica o gas. Con el hidrógeno verde, se pueden implementar tecnologías ya disponibles en el mercado para producir combustibles sintéticos (proceso Fischer-Tropsch) y amoníaco renovable (proceso Haber-Bosch), del cual, se pueden obtener fertilizantes y otros productos de interés para la industria. Por lo tanto, si queremos avanzar a la carbono neutralidad, independizarnos energéticamente y contar con insumos renovables producidos en Chile para soportar distintas actividades productivas, debemos avanzar más rápido hacia una economía verde.
