En Oceana reclaman un plan de acción mundial para proteger los bosques de algas, que ocupan menos del 10% de la superficie de los bosques terrestres, pero pueden absorber la misma cantidad de CO2
Si bien Chile ha dado pasos importantes en la protección del océano, teniendo casi un 45% de su zona económica exclusiva bajo alguna figura de protección, la mayor parte de ésta se encuentra en las islas oceánicas, existiendo una gran deuda con las zonas costeras, donde casi no existen áreas protegidas.
Liesbeth van der Meer, directora Ejecutiva de Oceana en Chile.
“Una de las consecuencias de la escasa protección costera es la constante depredación de los bosques de algas, que abundan en las cercanías del borde costero y que son cruciales para la absorción del CO2”, señaló Liesbeth van der Meer, directora Ejecutiva de Oceana en Chile. “Sumado a los efectos del cambio climático, los bosques de macroalgas y las más de 1.500 especies que dependen de ellos, se han visto altamente amenazados y afectados por actividades pesqueras destructivas como el barreteo, es decir, arrancar las algas desde la raíz, lo cual no permite la recuperación natural de este recurso que es de gran importancia económica para el país”, finalizó.
Las algas son cruciales además para la vida en los océanos, ya que funcionan como hogar para peces, moluscos, crustáceos y otros invertebrados, todos estos altamente sensibles a los cambios de temperatura y que se ven amenazados por el calentamiento global.
Hay más de 17.000 especies dentro de los bosques de algas marinas, entre las cuales destacan las algas pardas, las verdes y las rojas.
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El reclamo de Oceana en la COP25
En la reciente Conferencia de las Partes, Oceana pidió que se incluyan los bosques de algas en las estrategias oficiales para combatir el cambio climático creando un Plan de Acción Internacional para preservar estos valiosos ecosistemas marinos. En una exposición fotográfica en la zona verde de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la organización de conservación marina muestró el rol clave que estos ‘bosques azules’ cumplen como almacenadores de CO2, además de advertir que, debido a su desprotección, se pierde entre el 1% y el 7% de su superficie anualmente.
Exposición fotográfica en la COP25, donde se exhibió el rol clave que los ‘bosques azules’ cumplen como almacenadores de CO2.
Los llamados ‘bosques azules’, compuestos por grandes algas marinas, están muy presentes en los océanos de todo el planeta y miles de especies dependen directamente de ellos para sobrevivir. De hecho, cuanto mayor sea la biodiversidad que albergan, más resilientes serán los océanos frente a factores desestabilizadores.
“Los ‘bosques azules’ actúan como pulmones de nuestros océanos y es por ello que debemos protegerlos como se merecen. Los informes científicos tienden a focalizarse en los bosques terrestres, pero cabe destacar que las algas son las responsables de la absorción de una quinta parte del CO2 de los océanos. Es esencial que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) los tenga en cuenta y que las instituciones pertinentes velen por su protección a la hora de elaborar políticas internacionales contra el cambio climático” afirmó Ricardo Aguilar, director de Investigación y Expediciones de Oceana en Europa.
A menudo, el papel de los océanos como aliados contra el cambio climático queda minimizado, sin embargo, la vegetación marina puede albergar hasta 1.000 toneladas de CO2 por hectárea. En los casos en que sí se incluyen en los planes contra el cambio climático, a menudo se pasan por alto los bosques azules, pese a que pueden absorber tanto CO2 como los manglares, las marismas y las praderas submarinas juntas.
Fuente, Oceana
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