Darío Morales, director ejecutivo de ACESOL, plantea que, ante la falta de desarrollo de infraestructura del sistema de transmisión eléctrica en Chile, y la alta disponibilidad de producción renovable en ciertas zonas del país, el almacenamiento energético es una alternativa que permite ecualizar esta relación.
Con los récords de vertimiento energético que se han registrado este año en Chile, los cuales llegaron en los primeros cinco meses a 735 GWh de energía renovable que no pudo inyectarse al sistema (según estadísticas de ACERA), el almacenamiento energético surge como un paliativo requerido y necesario.
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Así lo estima Darío Morales, director ejecutivo de ACESOL, quien, en conversación con Reporte Sostenible manifestó que éste es uno de los fenómenos que sucede con los proyectos de energías renovables ubicados en zonas donde hay una cierta abundancia de recursos, pero que no existe capacidad de llevarlos a otras zonas.
“No estamos siendo capaces de traer esa energía limpia y económica, producida en esas zonas, hacia (otros lugares) donde se consume, principalmente por temas de falta de la infraestructura de transmisión. La infraestructura de transmisión no se ha desarrollado suficientemente rápido como para seguir esta dinámica”, define el experto.
Darío Morales, director ejecutivo de ACESOL, durante el Sungrow Summit Chile.
Sin embargo, existe una solución que adelantaría en años los avances requeridos por la transmisión, y que se puede ejecutar de manera casi inmediata. “Es ahí donde aparece el almacenamiento”, enfatiza.
“El almacenamiento permite ecualizar un poco esta abundancia de energía que hay en ciertas horas del día, para moverla, ya no físicamente, sino que temporalmente, y poder tenerla disponible en horas donde sí los sistemas de transmisión puedan mover la energía hacia el cliente final”.
Pero para que esto sea una realidad cabal, primero debe acompañarse con una adecuada regulación, la que solo se observa a nivel macro. “La regulación necesita ser perfeccionada para ir definiendo ciertos detalles que para los inversionistas son necesarios para poder hacer una correcta evaluación de rentabilidad de sus proyectos.
Esto es parte del marco regulatorio que está perfeccionando el Ministerio de Energía para implementar la ley de almacenamiento. Además, es importante destacar la necesidad de avanzar en el perfeccionamiento de la regulación de la distribución de forma que seamos capaces de incorporar eficientemente a la generación distribuida y a los sistemas de almacenamiento en las redes de distribución”.
Precios altos por cinco años más
El incremento del aporte que han tenido las renovables en la matriz eléctrica nacional (el 29% de la generación el 2022 provino de fuentes de energía solar y eólica), no se ha visto reflejado de una manera evidente en una disminución de los precios en las cuentas de los clientes regulados, aunque sí han contribuido a que éstos no se eleven.
“Hay una cantidad importante de proyectos (renovables) que ingresaron el 2021. Esos proyectos ayudaron a que el alza no fuera tan pronunciada. Entonces, a partir de los procesos de licitación del 2022 y los siguientes, cuyos proyectos comenzarán a inyectar en un plazo de 5 años, se deberían traducir en una reducción en los precios de la energía a los clientes regulados, lo que también dependerá mucho del tipo del cambio del dólar”, explica Morales.
En cuanto a los precios actuales, señala que, principalmente los clientes regulados que tienen un esquema de contratación basado en las licitaciones que realiza la Comisión Nacional de Energía, “todavía tienen el efecto de licitaciones antiguas, del año 2012 y 2013, que fueron adjudicadas a precios relativamente altos y que tienen un alto componente de energía fósil”. / RS
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