La empresa Benexia realiza un proceso productivo eficiente y sustentable, sin uso de agua y aprovechando la energía solar, condiciones con las cuales desarrollaron formas de extraer el aceite, la proteína y el Omega-3 de la Chía, sin daño ni alteración alguno en la calidad nutricional de la materia prima.
Benexia es una compañía chilena dedicada a la Chía, desde el cultivo de las semillas en los campos de Santa Cruz en Bolivia y Salta en Argentina, los cuales se trabajan con agricultura regenerativa y agua de lluvia, hasta el procesamiento ecológico y sustentable de la materia prima en la planta en Arica desde donde se exportan ingredientes nutritivos y funcionales de la más alta calidad para la industria alimentaria de USA, Asia, Australia y Europa.
Su valor agregado es que aporta, a través de procesos que respetan las condiciones medioambientales de cada lugar, con una huella hídrica y de carbono bajísima.
Es así como se instalaron logísticamente en Arica, donde se ubica parte del desierto más seco del mundo, buscando el proceso productivo más eficiente y sustentable, sin uso de agua y aprovechando la energía más limpia disponible en Chile: la electricidad. Bajo estas condiciones, desarrollaron formas de extraer el aceite, la proteína y el Omega-3 de la Chía sin daño ni alteración alguno en la calidad nutricional de la materia prima.
Remi Reguero, Business Development & Technical Director, nos comenta: “Desarrollamos un proceso productivo en base a la electricidad. Electricidad que es provista por el sistema interconectado del Norte Grande, el que tiene la matriz de producción de energía renovable más importante de Chile (hablamos de la energía solar).”
“No usamos combustibles como en otras industrias similares que recurren a combustibles fósiles, tampoco recurrimos a productos químicos ni a soluciones acuosas, lo que significa ingentes cantidades de agua y energía. Nuestra huella hídrica y de carbono es extremadamente baja”, afirma Reguero.
¿Cómo logran un proceso productivo sin residuos? Benexia aprovecha el 100% de la semilla, sin pérdida alguna. “Una vez que el material está preparado, iniciamos el proceso productivo, por el que trabajamos con prensado en frío: no se requiere precalentar la semilla, ni humedecerla. Con aplicaciones de fuerza obtenemos el aceite, luego usamos la misma fibra de la semilla en el filtrado del aceite. Realizamos el proceso en frío en la producción de nuestra proteína, para no dañar sus propiedades físico-químicas, ni nutricionales, para garantizar un excelente sabor, y una vida útil lo más larga posible. Nuevamente para el proceso en frío no usamos gas, ni agua, sólo electricidad” explica Reguero.
Desde su planta en Arica altamente tecnificada y sustentable, exportan no sólo productos con un alto valor agregado, sino ingredientes que mejoran la oferta de alimentos altamente nutricionales en el mundo y reducen el impacto ambiental de la producción de sus clientes.
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