“Esta escuela nos enseñó a tener otra perspectiva y saber más del tema, no solo lo básico como reciclar, sino que fue más allá de eso: cómo podemos construir y reutilizar cosas”, señaló un estudiante.
El viernes 21 de enero, la primera versión de la Escuela de Cambio Climático de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM) concluyó sus clases, la cual contó con la participación de 211 jóvenes de tercero y cuarto año medio (56,87% mujeres, 37,91% hombres y 5,21% personas no binarias), provenientes de 71 establecimientos de educación media de la Región Metropolitana.
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“Esta es una de las iniciativas emblemáticas del Proyecto Ingeniería 2030 UTEM y lo que busca es acercar a los estudiantes secundarios, fundamentalmente a mujeres, a la ciencia, la tecnología y la ingeniería. Nos percatamos que era muy fundamental acercarnos a las chicas y chicos de enseñanza media para que, en un futuro cercano, ojalá, puedan llegar a postular a la Universidad”, señaló el decano de la Facultad de Ingeniería y director del proyecto Ingeniería 2030 de la UTEM, Alejandro Velásquez.
La iniciativa tuvo un impacto eficaz, logrando conectar a jóvenes con altos índices de vulnerabilidad (46,23% de los participantes) con la UTEM. “Es importante destacar una de las motivaciones que tuvimos al momento de iniciar la Escuela, fue salir de la inercia de la ciudad y llegar a zonas rurales donde, por lo general, no se ofrecen estas oportunidades, lo que se tradujo en que casi el 40% de las y los estudiantes provino de estos sectores”, aclaró Nicolás Riquelme, coordinador de la escuela de verano.
Asimismo, “más del 51% de las y los estudiantes llegaron de colegios polivalente o técnico profesional, quienes podrán ingresar al programa Propedéutico que les habilita una vía de admisión especial para continuar con estudios de educación superior en la UTEM”, añade Riquelme.
Por su parte, el decano de la Facultad de Ciencias de la Construcción y Ordenamiento Territorial y subdirector del proyecto Ingeniería 2030 de la institución, Víctor Poblete, opina que otro de los objetivos es estar acorde a “las perspectivas para los próximos años con relación al Cambio Climático que no son positivas y se hacen necesarias nuevas iniciativas en las políticas de producción y consumo" que incentiven la “innovación, tecnología y sustentabilidad”.
En este sentido, la Escuela enfatizó la formación en tres áreas de la ingeniería, que se pueden aplicar para mitigar los impactos del cambio climático: Eficiencia Energética e Hídrica, Robótica e Inteligencia de las Cosas (IoT) y Construcción Sustentable y Reciclaje.
“Esta escuela nos enseñó a tener otra perspectiva y saber más del tema, no solo lo básico como reciclar, sino que fue más allá de eso: cómo podemos construir y reutilizar cosas. Por ejemplo, ahora sabemos que podemos juntar plásticos y madera para hacer una vivienda”, señaló Marco Aguirre, estudiante de Instituto Superior de Comercio Diego Portales, quien participó en el curso de Construcción Sustentable.
Juventudes motivadas por la acción climática
Desde hace unos años, y con la irrupción de la figura de Greta Thunberg en la esfera pública, millones de jóvenes y adolescentes se han sensibilizado aún más con la Emergencia Climática. La Escuela de Cambio Climático, es una instancia en que estas personas pueden encontrar un lugar para realizar soluciones en el corto y mediano plazo.
En este sentido, las y los académicos, destacaron la inquietud y entusiasmo que mostraron los estudiantes en cada instancia preparada por la Universidad y su proactividad ante el problema.
“En el fondo, la Escuela fue una tribuna donde ellos lograron satisfacer esa necesidad de expresarse. Ellos se apoderaron del espacio y lo empezaron a utilizar, pues planteaban temas, opinaban y discutían. No había que convencerlos de la importancia de ponerle atención y esfuerzo a las crisis sociales, ambientales y económicas que tenemos por el modelo de vida de nuestros países. Ellos llegaron convencidos y por algo se matricularon”, contó Hugo Durney, docente a cargo del curso de Eficiencia Energética e Hídrica de la Escuela.
“Para nuestra felicidad, nos encontramos con alumnos muy interesados en las actividades y temas tratados, con muchas ganas de aprender y hacer cambios en la forma en que nos relacionamos con el medio ambiente. Tuvimos una mayor participación de la esperada, considerando que la mayoría de las actividades debieron desarrollarse en forma online”, relató Suzanne Segeur, docente del curso de Construcción Sustentable y Reciclaje.
“Esta escuela fue una gran experiencia tanto para las y los estudiantes que participaron como para nosotros que, como equipo, la hicimos posible. Quedamos muy contentos de los resultados y esperamos haber logrado despertar la curiosidad en todo el estudiantado participante”, expresó Jorge Vergara, docente a cargo del curso de Robótica e IoT. “Agradecemos a muchas personas que nos apoyaron, sin las cuales no podríamos haber conseguido los buenos resultados que obtuvimos”, señaló su colega, Patricio Galarce.
Esta primera versión de la Escuela de Cambio Climático UTEM se llevó a cabo gracias al trabajo colaborativo, liderado por el proyecto Ingeniería 2030 UTEM, y apoyado por las siguientes unidades de la Universidad: las facultades de Ingeniería Civil (FING) y la de Ciencias de la Construcción y Ordenamiento Territorial (FCCOT); el Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior (PACE); el Programa Propedéutico UTEM-UNESCO; el Centro Protein Lab; el Programa de Comunicaciones y Asuntos Públicos; el Departamento de Sistemas de Servicios de Informática (SISEI) y la Vicerrectoría de Transferencia Tecnológica y Extensión (VTTE). Además, esta iniciativa emblemática de la UTEM es apoyada por la marca WOM, la Asociación de Municipios Rurales (AMUR) y el programa Explora del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
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