En la ribera del canal San Carlos, se inauguró el primer jardín de lluvia de Peñalolén, proyecto pionero a nivel nacional, destinado a ser un ejemplo a replicar en otros puntos con riesgo de inundación en eventos de lluvias intensas.
Con la presencia de autoridades y vecinos de Peñalolén, se inauguró una innovadora área verde, dotada de infraestructura para contener e infiltrar agua lluvia. Se trata de un proyecto pionero a nivel nacional, liderado por el Gobierno de Santiago, a través de su Departamento de Medio Ambiente, junto al Consejo Metropolitano y la Municipalidad de Peñalolén, con la asesoría experta de Escenarios Hídricos 2030 de Fundación Chile y la ejecución del Centro de Estudios AguaTierra.
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Este nuevo “jardín de lluvia” es una Solución basada en la Naturaleza (SbN), que va en línea con la tendencia mundial de las “ciudades esponja”, que permite mitigar los efectos de temporales como los ocurridos en la temporada pasada, al capturar y retener el agua de lluvia. Asimismo, infiltra el agua, recargando las napas subterráneas, que en el Gran Santiago están disminuyendo un metro por año.
El gobernador de Santiago, Claudio Orrego, sostuvo que, “si bien este año tuvimos un ‘recreo’ de la megasequía, el déficit de agua se mantiene, por lo que -como Gobierno de Santiago- estamos tomando acción. Por lejos, el primer desafío ambiental que tiene la Región Metropolitana de Santiago es la escasez hídrica y por eso es que en este periodo hemos invertido en proyectos relevantes para hacerle frente a este desafío, como lo es el organismo de Cuenca, las estrategias hídricas locales y Maipo Resiliente, que es un conjunto de soluciones hídricas para avanzar a la acción, entre los cuales destaca este jardín de lluvia”.
La alcaldesa de Peñalolén, Carolina Leitao, destacó que “estamos hoy en Peñalolén muy contentas y contentos porque estamos inaugurando este primer jardín de lluvia, que lo que busca es justamente recabar, recaudar estas aguas que en este centro, en este lugar, se juntan a propósito de la lluvia. Para poder transformarla en un agua que va a regar y acumularse para este jardín, que es parte de este lugar como Sánchez Fontecilla, utilizado por muchas vecinas y vecinos para hacer deporte, para recorrer y para andar con sus mascotas”.
Asimismo, la directora de Escenarios Hídricos 2030 de Fundación Chile, Ulrike Broschek, enfatizó que “nuestro país va a ser el único de Latinoamérica que va a sufrir un estrés hídrico extremamente alto en los próximos veinte años, por lo que necesitamos un cambio de mirada, y este proyecto es un ejemplo, donde buscamos generar un corredor hídrico verde. No queremos áreas verdes que consuman agua para su mantención, por lo que este jardín de lluvia cumple el triple propósito de ser sostenible, mitigar inundaciones y recargar las napas subterráneas”. Aseguró que, “si seguimos con extracción y uso de agua de la forma en que lo hacemos actualmente, el acuífero del Gran Santiago se agotará en 60 años. Por ello, tenemos que trabajar en recargar y sostener esa fuente de agua. Esperamos que estas acciones que presenta Maipo Resiliente sean replicadas y escaladas para la seguridad hídrica futura de la región y la cuenca del Maipo”.
Corredor ecológico
El piloto demostrativo se enmarca en la iniciativa “Maipo Resiliente”, cartera de proyectos del Gobierno de Santiago, liderada por el Gobernador, Claudio Orrego, destinada a enfrentar eventos extremos de sequía e inundación, en contexto del cambio climático, asegurando el abastecimiento de agua en la cuenca del río Maipo.
“En su estructura, el jardín de lluvia considera elementos tales como una cámara de sólidos, que es una obra de hormigón que actúa como bocatoma. Junto con recibir el agua desde la calle, su objetivo es el de interceptar la mayor cantidad posible de sedimentos, basura y otros sólidos presentes en la escorrentía, de modo que estos no entren en la zona de acumulación e infiltración de agua”, explicó Andrés Riveros, especialista en arquitectura hídrica del Centro de Estudios AguaTierra, ejecutores del proyecto.
Riveros indicó que los sectores elevados del jardín se denominan “isla nativa”, y fueron creados para recibir el volumen de suelo que se removió en las excavaciones, representando una “oportunidad de promover la biodiversidad nativa, con floración la mayor parte del año y bajo consumo hídrico”. Ahí se plantaron especies tales como el árbol endémico maitén, el vautro, las malvas de cerro y las alstroemerias, entre varias otras representantes de la flora nativa.
Según Gerardo Díaz, jefe de proyectos de Escenarios Hídricos 2030, “la réplica de este jardín en otros puntos de esta ribera contribuirá a generar un corredor ecológico paralelo al canal, dotando a la comunidad cercana de un espacio de esparcimiento, de bajo requerimiento hídrico y alta capacidad de infiltración”. Para facilitar su construcción, se hizo entrega a la Municipalidad de Peñalolén de otros 5 diseños de jardines de lluvia, para implementar a futuro en las intersecciones de la av. Sánchez Fontecilla con las calles Valle Aconcagua, De los Viñedos, Av. El Valle, Dos Norte y Antupirén.
Sobre Maipo Resiliente
La cartera de proyectos Maipo Resiliente señala oportunidades de inversión público-privada para acelerar y masificar la puesta en marcha de soluciones que contribuyan a la seguridad hídrica en la cuenca del Maipo. Para empresas e instituciones representa la oportunidad de ser “Agua positivo” (water positive), devolviendo con creces el agua que se consume en la cuenca del Maipo, con un impacto medible y reportable.
Para ello, Maipo Resiliente propone soluciones con datos de aporte de agua, inversión, beneficios ambientales y comunitarios, riesgos potenciales, incentivos, vías de financiamiento colaborativo e instrumentos de gestión pública que habiliten su implementación en el corto o mediano plazo.
Con el fin de impulsar la concreción del portafolio de Maipo Resiliente, el Gobierno de Santiago invirtió en la ejecución de tres proyectos replicables: Dispositivos de ahorro de agua para hogares, colegios y centros deportivos de 5 comunas; Obras para la infiltración de agua, en el cerro Chena de San Bernardo, y Jardín de lluvia, en Peñalolén.
Además, el GS financió la ingeniería de detalle para la tecnificación y automatización en parques urbanos con riesgo de escasez hídrica y la construcción de piscinas de infiltración en ribera de río, para evitar desbordes.
Al concretar las 34 iniciativas a escala regional, se proyecta una disminución de la brecha hídrica de 28%, abarcando un 15% de la cuenca del Maipo, con beneficio para una población estimada en 6 millones de personas. Esto significa la recuperación y ahorro de más de 564 millones de m3/año de agua, lo que equivale a poco más de 2,5 veces el agua posible de acumular durante un año en el embalse El Yeso.
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