Margarita Marín y Mark Minneboo, expertos en Economía Circular, abordaron en el conversatorio, de la UNAB diferentes ópticas de esta materia. En la oportunidad, ambos coincidieron en que la ciudadanía tiene el deber de avanzar hacia la responsabilidad del consumo circular.
“Economía Circular, Consumo y Tendencia Responsable” se denominó el conversatorio, organizado por la Dirección General de Vinculación con el Medio y Sostenibilidad, a través de su área de Innovación Social.
Esta actividad se orientó a la comunidad de la U. Andrés Bello, y abordó la temática de los emprendimientos sociales frente a la reactivación económica y, cómo éstos pueden ser socialmente responsables con el medio ambiente y la sociedad.
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En la instancia, participó la expositora internacional, Margarita Marín, directora de proyectos de Economía Circular, desarrollo sostenible y líder de equipos para la innovación sostenible, quien explicó que es fundamental pasar del modelo de consumo lineal al circular y cambiar de enfoque.
“Hoy no hay posibilidad de seguir coexistiendo con un enfoque lineal de ‘extraer-fabricar-consumir-botar’. No quedan recursos suficientes y la capacidad planetaria está saturada, a tal punto que la única opción es regenerar, crear economías regenerativas que permitan crear bienestar, riqueza y recursos para el humano y su entorno de manera conjunta”, dijo.
Por su parte, el destacado speaker Mark Minneboo, experto en EC, contaminación por plástico, consulting, keynote y Director Regional para Latinoamérica para Plastic Oceans Internacional y que lleva siete años en Chile concientizando sobre la importancia del modelo circular para disminuir impactos ambientales, comentó que ejercer una EC es fundamental para disminuir los desechos plásticos en el océano y en general en todas partes del mundo.
“La economía circular es un sistema clave para para resolver la contaminación del océano por plástico, porque en su base tiene incorporada el ciclo de vida completo del producto, en este caso el plástico. Hoy la calidad de los productos resulta fundamental, porque están diseñados para el cliente final y cómo se comportará a lo largo de la vida del producto”, explicó.
Minneboo precisó que el ciudadano y consumidor al darse cuenta del valor que tiene el material será más proclive a tener acciones sostenibles. “Cuando un producto pierde su valor, el mismo consumidor lo verá como algo sin valor y no va a asumir una responsabilidad para gestionar ese material. En cambio, si algo tiene valor, claramente el consumidor va a estar mucho más incentivado de volver ese material a un punto limpio o a un sistema de reciclaje que esté diseñado para la reutilización e incluso podrá ir y solicitar el relleno de su envase”, detalló.
Chile, hacia el modelo circular
Si bien es cierto, la tendencia del reciclaje y la reutilización ha crecido en el último tiempo, el Centro de Investigación para la Sustentabilidad (CIS) de la UNAB en julio pasado evidenció en su Décima Encuesta Nacional de Medio Ambiente que solo el 57% de los encuestados indicó que el transporte, recolección y manejo de residuos domiciliarios es responsabilidad del municipio, frente al 17% que afirmó que es responsabilidad de la familia la generación de éstos.
En tanto, un porcentaje no menor, el 44% precisó que es la lejanía del lugar de reciclaje, el principal impedimento para no realizar esta labor.
Frente a la mutación de la realidad y las últimas cifras como referencia, además, de considerar que hoy el reciclaje, la reutilización y la reparación son claves para la EC, Margarita Marín tiene una visión más amplia de cómo la ciudadanía debe empoderase frente a la EC para generar cambios significativos que aporten a la salud del planeta y a una conducta menos lineal, la cual va más allá de las acciones conductuales.
“Lo más importante aquí, es que como sociedad civil dimensionemos el poder que tenemos como tomadores de decisiones. Somos capaces de dirigir el rumbo del sistema productivo sencillamente porque somos la principal fuerza de consumo. Una vez que comprendemos eso, el tránsito se facilita”, recomendó.
Para el fundador de Plastic Oceans Chile, este tema abarca diferentes puntos y escalas de trabajo. “Para ser un país más circular, se requiere un trabajo en todos los niveles, que va desde la educación -educación para entender el sistema circular y la relación con nuestro entorno- por ejemplo, con la Responsabilidad Social Empresarial se enfoca aún en realizar trabajo social y ambiental sin modificar la naturaleza del negocio la empresa, se siguen realizando los mismos patrones y eso es algo del pasado y no es circular y en lo personal, no es Responsabilidad Corporativa”, aseguró
Minneboo fue enfático en señalar que, si bien la reducción de desechos disminuye el impacto ambiental, sigue habiendo daño, por lo que avanzar hacia modelos positivos que aporten y regeneren como lo propone la EC y su modelo es clave. “La Economía Circular no se trata sólo de gestionar mejor los residuos al final, se debe modificar el sistema completo y para eso Chile tiene que realizar un análisis a fondo, desde la extracción, producción y gestión de su ciclo final de vida. Finalmente, se debe incorporar en la toma de decisiones la base estadística, vale decir, monitorear y medir porque si no tenemos claridad de la situación actual del país no se avanzará lo suficiente, por lo tanto, el levantamiento de información es importantísimo y es un trabajo que Chile aún tiene que mejorar, porque se basa en estudios extranjeros pues se utiliza información incompleta, desactualizada y con datos globales que no coinciden con la realidad chilena” señaló.
En concreto, el experto indicó que para que la ciudadanía pueda avanzar y concientizar la circularidad y disminuir su huella ecológica debe existir un aspecto importante, pero del que poco se habla. “Para que se avance en esta materia debe existir una parte moral y preguntarte ¿qué es lo mejor que puedes hacer por el planeta y para ti? Aunque, hace años vemos que hay campañas que invitan a las personas a tener conductas sustentables y se suman y, se ven cambios, no todo el mundo cambia porque considere que es la mejor decisión moral y, es ahí es que hay que crear estrategias con las políticas públicas y la educación, como ocurrió con la ley de las bolsas, Que es una obligación y vemos el resultado en donde la gente logró cambiar sus hábitos de consumo luego de unos meses de su implementación”.
Minneboo complementó que “tenemos que buscar un mix en donde por un lado estén las obligaciones de la ciudadanía y las empresas y, por otro lado, la voluntad de la gente que quiere hacer cambios. Finalmente, está el trabajo con las empresas, porque si hay cada vez más alternativas sustentables y económicamente interesantes disponibles para que el ciudadano haga el cambio, será mucho más rápido. Por lo tanto, se tiene que llegar a una serie de opciones, en donde la gente no piense cuál es la opción más sustentable, sino que todas lo sean”, finalizó.
Innovación y Economía Circular ¿Cómo se relacionan?
La innovación y emprendimientos en la EC, se relacionan con la popular regla de las “Tres R” de la ecología, o simplemente 3R, la que significa: reducir, reutilizar y reciclar. Esta propuesta sobre hábitos de consumo fue popularizada por la organización ecologistaGreenpeace en la cumbre del G8 de 2004.
Según Margarita Marín, hoy el campo de los emprendimientos con innovación circular está en boga. Sin embargo, aún hay que realizar ajustes para potenciarlos como, por ejemplo, no tratar los puntos de forma aislada. “La economía es una ciencia social y como tal no sólo tributa a los resultados financieros si no que debe reconocer y valorar los impactos que ejerce sobre el territorio que habita. Impactos que repercuten en todas direcciones. Hoy hay muchos modelos de negocios circulares, pero aquellos que buscan reconocer el valor en la diversidad y resolver problemas reconociendo al humano como parte de la naturaleza y no como un ente superior a ella, representan una economía circular simbiótica con innovación y emprendimiento”, ilustró.
Marín explicó que la innovación y la sostenibilidad están estrechamente relacionadas, dado que hoy la innovación, genera soluciones a las problemáticas actuales, especialmente desde el área tecnológica. Pues desde su punto de vista “la innovación, sobre todo desde las tecnologías, son vitales para otorgar viabilidad a las iniciativas sostenibles”, precisó.
La experta en emprendimientos circulares detalló que es importante apostar por este nicho porque “permite entregar la viabilidad comercial a las soluciones propuestas ya que la innovación constante debe orientarse a encontrar la forma de adaptar las soluciones a cada espacio de desarrollo humano y hacerlo escalable. Desde lo más rural hasta lo más urbano. En otras palabras, es la forma de evitar caer en soluciones de nicho”.
Finalmente, la especialista en EC y desarrollo sostenible indicó que hay que ir haciendo mejoras para generar impactos positivos en la EC, las cuales se basan en la intención y modificación de los hábitos adquiridos para generar mejoras ambientales y avanzar hacia el modelo circular dentro de los que destacó:
Revisar tus hábitos, la radiografía de lo íntimo nos ayuda a ubicarnos con “¿cómo andamos por casa?”.
Definir tus objetivos, haz una lista de lo que quisieras cambiar o integrar a tus hábitos de consumo.
Elegir una actividad sostenible que quieras incluir en tu vida, por ejemplo, comenzar a separar residuos en vez de tirarlos todos a la basura. Una vez que integras una, anímate a sumar una nueva.
Gestión del tiempo. Sin gestión del tiempo no hay hábito. Suelta las viejas costumbres, libera ese espacio y llénalo con el nuevo hábito.
Mirar los avances. Mirar hacia atrás, tomar conciencia de tus avances sin duda te va a motivar a seguir mejorando.
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