Investigación realizado por GIZ y presentado por la empresa Copec, buscaba analizar el desempeño técnico de un bus a celdas de combustible en una ruta minera de gran altura.
El uso del hidrógeno verde se considera un elemento clave para la descarbonización de diversos sectores, entre ellos, el transporte, el cual representa cerca del 24% de las emisiones de gases efecto invernadero de Chile. Este objetivo se lograría reemplazando los actuales buses a diésel por vehículos de gran autonomía, con tiempos de carga reducidos y sin emisiones.
En este contexto, el Programa de Energías Renovables y Eficiencia Energética de la GIZ, a través de un apoyo técnico lanzado en agosto de 2020, seleccionó un proyecto presentado por la empresa Copec, que buscaba analizar el desempeño técnico de un bus a celdas de combustible en condiciones exigentes, como una ruta minera de gran altura.
El trabajo contó con el apoyo de la reconocida consultora alemana Ludwig Bölkow Systemtechnik, la cual identificó las marcas de buses a celdas de combustible presentes en el mercado mundial, analizando la capacidad técnica de una de ellas para un recorrido entre diferentes alturas geográficas, gradientes y con alto grado de autonomía.
“Dos de los sectores que en el corto plazo podrían usar hidrógeno verde son la minería y el transporte pesado, por lo que realizamos un análisis para conocer cómo es el comportamiento de los buses de pasajeros con estándar minero, con requerimientos de alta autonomía y recargas rápidas de combustible”, explica Pablo Tello Guerra, asesor técnico de GIZ.
De esta forma, se eligió como caso de estudio la ruta entre Antofagasta y una minera ubicada a 180 kilómetros, con diferencia de altura de más de 3 mil metros [AS1] sobre el nivel del mar, con pendientes y condiciones ambientales rigurosas, con la idea de simular el comportamiento de un bus con esta nueva tecnología en Chile.
En base a los datos recibidos desde los fabricantes se realizó una simulación que entregó la demanda de energía y el consumo de hidrógeno, alcanzando a 14,5 kg por cada 100 km en la ruta de subida. Estos consumos pueden variar fuertemente si se producen muchas paradas y partidas del bus durante el trayecto, tal como sucede habitualmente con los buses eléctricos y diésel.
Desde Copec, empresa gestora del proyecto, Leonardo Ljubetic, gerente corporativo de Desarrollo y Gestión, explica que la iniciativa es parte del compromiso que mantienen de aportar a la diversificación de la matriz y acelerar la transición energética de Chile. “Considerando el potencial del país, resulta estratégico avanzar en la investigación y aplicación en diferentes rubros del hidrógeno verde. En nuestro territorio existen las mejores condiciones para su desarrollo y, en el actual escenario ambiental, el llamado es a redoblar los esfuerzos para evolucionar a modelos energéticos más limpios”.
“Esperamos que este estudio sirva como ayuda y base para la implementación de un proyecto piloto de este tipo que ayude demostrar que es factible utilizar este tipo de tecnologías en base a hidrógeno verde en Chile, disminuyendo las emisiones contaminantes de los actuales buses y aumentando la seguridad y autonomía energética debido a que no se depende de la variabilidad y disponibilidad del precio del diésel”, sostiene Pablo Tello asesor de GIZ.
Los resultados del estudio, disponible en 4echile, fueron presentados en un Webinar que reunió a cerca de 200 personas, el cual fue organizado junto al Ministerio de Energía.
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