La investigación identificó la necesidad de contar con 8 mil MW renovables de capacidad extra.
(El Mercurio) Esta semana podría reiniciarse la discusión en la comisión de Minería y Energía del Senado del proyecto de ley que busca cerrar las centrales a carbón que hay en el país al 2025, 15 años antes de lo pactado entre las empresas y el Gobierno. En ese escenario, la consultora Spec y el Instituto de Sistemas Complejos de la Universidad de Chile, se encuentran elaborando una serie de estudios encargados por Acera, para determinar cuál es la fecha exacta en la que es más recomendable avanzar con estos planes. Sin embargo, en la primera parte de los resultados que se obtuvieron, se detallaron los efectos que tendría el aceptar la moción aprobada en la Cámara.
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Así, se ha identificado que ante un escenario de descarbonización total hacia el año 2025, se requiere la puesta en servicio de 18.000 MW renovables durante el periodo 2022-2025 para alcanzar un desarrollo económicamente adaptado. En la actualidad, solo 10.000 MW se encuentran en desarrollo y puesta en servicio, por lo cual la industria deberá impulsar el desarrollo del parque de generación a una mayor tasa. Pero además, se ha identificado la necesidad de incorporar unos 1.000 MW en sistemas de almacenamiento. Al ser este un caso poco probable, habría que realizar un aumento considerable del uso de las centrales hídricas y de diésel, siendo la primera cada vez menos confiable por la extrema sequía, y la segunda, mucho más cara y contaminante, lo que implicaría un alza de los costos marginales, y que se podría trasladar a las cuentas de los clientes regulados.
Regulación adecuada
Desde Acera advierten que las señales para el desarrollo de proyectos para el almacenamiento aún son inexistentes.
“Es necesario contar con la regulación adecuada que entregue a los inversionistas una señal estable sobre la forma como estos equipos se financiarán, tanto desde el punto de vista de la remuneración por capacidad como la remuneración por el arbitraje de energía, y por su participación en servicios complementarios. En el gremio de las renovables apuntan a que esta regulación debería abordarse prontamente, ya que su publicación representaría un gran avance en establecer un marco regulatorio propicio para la transición del sistema de generación a cero emisiones.
En el caso del agua, los análisis de Spec muestran un rol relevante del recurso para atender la variabilidad en la producción renovable, con mayores reducciones de generación en horas solares y mayores aumentos durante la noche. “Esto generará un cambio en la forma de operar nuestras redes hidrográficas, lo que supone poner atención a posibles conflictos con otros usos del agua y eventuales afectaciones a infraestructura existente”, señalan desde la consultora.
Agregan que de ser el caso, y se limita el rol de la hidroelectricidad por restricciones en otros sectores, “dicho papel lo tendrán que complementar otras tecnologías como el almacenamiento, junto con la generación termoeléctrica flexible a gas y diésel”. Así, desde Spec, destacan que los análisis muestran el rol de las energías renovables para contribuir en los servicios de red y cómo ello redunda en alcanzar mayores niveles de eficiencia. En esa línea, en Acera advierten que “hay que enfatizar que el estudio no respalda un retiro total de las centrales a 2025, y ve muy improbable conseguirlo en esa fecha, sino que más bien identifica lo que sería necesario tener para que el sistema mantenga precios razonables y opere estable dentro de ese plazo”.
Fuente: El Mercurio
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