La planta fotovoltaica producirá 140 kWp y 720 kWh de almacenamiento, beneficiando a las 47 familias que hoy residen en este histórico pueblo, quienes incluso, podrán abastecer una planta de osmosis para desalar agua.
El pago a la tierra es el rito habitual con el que los vecinos de la comunidad de Camar comienzan cualquier hito importante y, esta vez, le pidieron a la pachamama la bendición para inaugurar su primera planta fotovoltaica, que dará energía a las 47 familias que residen en este territorio ubicado en el Salar de Atacama.
Se trata de un proyecto relevante en Chile, debido a que esta comunidad actualmente se está abasteciendo en un 100% con energía proveniente del sol. Es un sueño cumplido, según sus propios habitantes, luego de un trabajo de años que se concretó gracias a su Plan de Desarrollo, a través del cual se identificaron las necesidades más importantes de la comunidad.
“La planta fotovoltaica era un anhelo que hoy es realidad y celebramos el éxito de este proyecto. Podemos generar iniciativas relevantes para el pueblo con apoyo de empresas como SQM, que nos ayudó en el diseño, desarrollo y la ejecución, porque debemos dar respuesta a nuestra gente, a nuestros adultos mayores y proyectarnos hacia el futuro de forma sostenible”, expresó el presidente de la Comunidad Indígena Atacameña de Camar, Héctor Cruz.
El líder agregó que desde 2017 han trabajado arduamente en lograr diversos objetivos que aporten al desarrollo de la comunidad y en 2020 concretaron uno de los proyectos más relevantes, de la mano de la firma de un convenio de relacionamiento con SQM, poniendo foco en impulsar el crecimiento del pueblo, potenciar el desarrollo económico y social y visibilizar a Camar como una comunidad sostenible en el tiempo.
Mejor calidad de vida
Lorenzo Mendoza, vecino y dirigente de la Comunidad de Camar, relata que antes el tema de la luz era complejo, porque funcionaba a ciertas horas del día. Luego se crearon sistemas con un generador, pero también era reducido y la necesidad energética afectaba varios aspectos de la vida cotidiana del pueblo.
“No se podía tener un refrigerador para guardar la comida, se nos echaba a perder. Era complejo lavar y se padecieron varias necesidades médicas, sobre todo los adultos mayores. No teníamos luz, todo era con velas y otros métodos. Este proyecto es un sueño, ahora las personas pueden proyectarse en el pueblo, comprar su refrigerador, su lavadora, incluso su televisor. Esto mejora la calidad de vida de las personas”, expresó.
El proyecto fotovoltaico es parte de los buenos resultados que ha generado el acuerdo entre la comunidad y SQM. Para Carlos Díaz, vicepresidente Senior de la compañía, "es un hito importante que se consolida después de cuatro años trabajando de forma cercana con las personas de Camar. Ellos querían tener su planta fotovoltaica con energía independiente para poder iluminar y dar energía a todas sus casas e incluso les alcanza para echar a andar una planta de osmosis para hacer agua potable. Hoy Camar es más independiente y autosustentable. Como SQM apoyamos con compromiso los desafíos para que Camar progrese en el tiempo”.
Planta fotovoltaica
El proyecto consiste en el diseño y construcción de una planta fotovoltaica de 140 kWp y 720 kWh de almacenamiento. Considera seis filas de módulos fotovoltaicos, cada uno de ellos compuestos de 56 paneles de 440 W y tres inversores generales que absorben energía desde dos filas de paneles cada uno.
La planta fotovoltaica generará electricidad las 24 horas del día usando principalmente la energía obtenida de la radiación solar, potencia suficiente para abastecer a todo el pueblo de Camar.
Además, la iniciativa permitirá generar progreso en el territorio, permitiendo el desarrollo del turismo, la gastronomía, las diversas fiestas patrimoniales y los consiguientes proyectos planteados por el Plan de Desarrollo de Camar, como la futura planta de agua potable, alumbrado público e instalaciones de uso comunitario.
La iniciativa fue calificada como sostenible por parte de los propios cameños, porque permitirá no sólo el suministro energético, sino también el reemplazo de la operación del grupo electrógeno actual y, algo muy importante, la reducción de gases de efecto invernadero, es decir, la disminución de CO2 del pueblo equivalente a sacar 40 automóviles de circulación al año.
El proyecto -que es financiado por SQM- fue diseñado por Energía Atacama y la construcción estuvo a cargo de la empresa de capital coreano Synertec.
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