En gran parte, los argumentos dicen relación con las características de la edificación existente y el uso de la energía para su funcionamiento. Cabe destacar que, en Chile, aproximadamente el 75 por ciento del uso final de energía es térmico (se quema) y sólo un 25 por ciento es electricidad (también producida por al menos un 40 por ciento de combustibles fósiles), y de éste, los sectores: comercial, público, residencial e industria, representan más del 40 por ciento del total. De lo anterior se desprende que el uso energético, poco eficiente, a nivel nacional, es responsable de la afectación de las personas.
Según el “Informe de Estado Global sobre Edificios y Construcción 2021” de PNUMA, los edificios a nivel global, alcanzaron aproximadamente 10 gigatoneladas de emisiones Co2, o sea, un 28 por ciento de emisiones y el 50 por ciento de su reducción podría ser cumplida a través del retrofit de lo construido. Así también, en Chile, un estudio de la U. de Talca, socio de la gremial en su área académica, comprobó con un estudio que en 300 edificios de Santiago, Talca y Concepción, no cumplen con los estándares mínimos de eficiencia energética. Esto, sumado a la mala calidad del aire y el alza de precios, son los aspectos a considerar, junto con el envejecimiento de la población en edificios de altura, por lo que el gremio cree hoy es una alarma a la cual poner atención y que podría convertirse en amenaza futura.
En la presentación, realizada en el centro empresarial La Reina, participaron los gerentes de las empresas socias de distinta especialidad para el retrofit como Energy Tracking, Tubsa, Tú Energía, Ener, Prevent y Heavenward; y los SEREMIS de Energía y Economía de la RM.
La gerente general de Anesco Chile, Mónica Gazmuri, se refirió la necesidad de empujar el retrofit en Chile. “La realidad es que nuestra población envejece como también nuestros edificios, tenemos el centro sur de nuestro país con zonas saturadas y de mala calidad de aire, y lo construido no está en condiciones para dar calidad o confort térmico a los usuarios”. Destacó que la situación se da naturalmente pues las normas no incluían criterios de eficiencia y que hoy las soluciones para renovar y dar valor a dichas edificaciones están disponibles y son costo efectivas. Agregó que logrando el retrofit de lo construido en Chile se podría lograr cumplir con la meta de la ley de EE logrando ahorros cercanos a los USD 3000 millones por año, 14 millones de toneladas de CO2 y una disminución de uso de energía de 30.000 GWh/año.
Iván Morán, SEREMI de Energía RM, junto con agradecer la invitación y felicitar la iniciativa, expresó que “la eficiencia energética es relevante para la productividad y la calidad de vida y por lo tanto seguiremos empujando desde nuestra pertinencia con la visibilización de estas soluciones”. En tanto, el SEREMI de economía, Cristián Rodríguez, respaldó la iniciativa en cuanto permite la empleabilidad en el sector y un mayor desarrollo al país, se comprometió a incorporar al gremio en las mesas de trabajo de Economía y así abordar las brechas o cuellos de botella del proceso.
Cabe mencionar que, si bien las mejoras podrían integrarse, frente a la diversidad de edificaciones y sus características, una auditoría para cada caso, permitiría priorizar e identificar con certeza qué mejoras son costo efectivas en cada caso. Respecto de los ahorros que podría obtener un edificio destacan: 30% de ahorro eléctrico en uso de ascensores regenerativos, un 40 % de ahorro con uso de bombas de calor, 50 % por aislación térmica, un 80% con iluminación LED o hasta un 20% por monitoreo inteligente.
Según lo anterior, las empresas con oferta para el retrofit comentaron que pueden financiarse diferentes tipos de proyectos y muchos de estos son rentables, por lo que sólo queda un pendiente a nivel de la política pública, que es el pago de la garantía para aquellos edificios o comunidades que no son sujetos de crédito.
