Los consumidores y los inversores están mostrando cada vez más preferencia por aquellas empresas que operan de manera ética y sostenible. “Se logran ventajas competitivas muy interesantes”, afirma CSO de Green Leader.
Si antiguamente el desafío empresarial se centraba en ser mejor que la competencia, los retos de hoy se anclan en una continua innovación tecnológica y, al mismo tiempo, en batallar con un entorno cargado –en no pocas ocasiones– de problemas políticos, sociales y económicos. A ello se suma, además, el satisfacer las demandas de una exigente sociedad, en constante evolución, que las obligan a aceptar su responsabilidad y responder por los impactos económicos, ambientales y sociales derivados de sus operaciones. Una tarea que se aprecia muy desafiante, pero que, si se gestiona adecuada y oportunamente, puede traducirse en sustanciales beneficios.
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Así lo confirma el gerente de Sostenibilidad de Green Leader, abogado y CSO Aníbal Chamorro Alcaíno, quien explica que las empresas, además de generar riqueza, deben desarrollar innovadoras ventajas competitivas que les permitan asegurar su viabilidad a corto y largo plazo y, en este escenario, la sostenibilidad corporativa aparece como el camino más seguro y factible.
“En los últimos años ha habido un creciente consenso en la sociedad y en los distintos actores que las empresas deben ir más allá de la búsqueda de ganancias, asumiendo en ello un compromiso mayor con el entorno donde están insertas para ir creando valor social, por un lado, y proteger el medio ambiente, por otro. Ese es el ‘desde’, la línea base o de partida de las empresas que comienzan su camino hacia la sostenibilidad corporativa”, comentó.
En términos simples ¿cómo podemos entender la sostenibilidad corporativa?
La sostenibilidad corporativa es la capacidad que tiene una empresa para operar de manera responsable y sostenible en términos sociales, ambientales y económicos. Esto implica que la empresa debe tomar en cuenta no solo sus objetivos de rentabilidad, sino también el impacto que sus operaciones tienen en la sociedad y el medio ambiente.
En ese sentido, es muy importante que las empresas adopten prácticas sostenibles porque, además, comienzan a mejorar su reputación, reducir costos y aumentar su rentabilidad a largo plazo.
- ¿Cómo impacta en las empresas la sostenibilidad?
De forma muy positiva, de hecho, los consumidores y los inversores están mostrando cada vez más preferencia por aquellas empresas que operan de manera ética y sostenible. Existe detrás un aumento de la lealtad de los clientes, se abren posibilidades de acceder a nuevos mercados, y se incrementa la atracción de inversores que están comprometidos con la sostenibilidad. En definitiva, se logran ventajas competitivas.
La reducción de costos es otro impacto positivo que se genera con la adopción de prácticas sostenibles. Por ejemplo, la implementación de medidas de eficiencia energética puede disminuir el consumo de energía y los costos asociados. Además, la optimización de la gestión de residuos puede generar ahorros en la eliminación de desechos. Existe un sinfín de formas de avanzar hacia la sostenibilidad corporativa.
- ¿La gestión de riesgos forma parte también de ello?
Efectivamente. La adopción de prácticas sostenibles ayuda a las empresas a anticiparse y a mitigar los impactos negativos que pudieran darse en la cadena de suministro, en la reputación de la marca y en el cumplimiento de regulaciones ambientales, que son cada vez más estrictas.
Y en esa misma línea de gestionar riesgos, sin duda, que la atracción y retención de talento de alta calidad debe ser gestionada fomentándose, por ejemplo, la innovación al interior de las empresas, y la búsqueda de soluciones más eficiente a sus procesos operacionales, entre otros.
- ¿Qué relación guarda la sostenibilidad corporativa con la implementación de criterios ESG en una empresa?
En términos simples, la sostenibilidad corporativa se refiere al enfoque general de una empresa para operar de manera responsable y equilibrada, considerando el impacto social, ambiental y económico. La implementación de criterios ESG, en tanto, es una herramienta específica que las empresas utilizan para evaluar y mejorar su desempeño en áreas clave de sostenibilidad. Eso sí, la implementación de criterios ESG es una parte integral de la estrategia de sostenibilidad corporativa, ya que proporciona un marco estructurado para abordar los desafíos y oportunidades relacionados con la sostenibilidad.
- ¿Y en el caso de la Economía Circular?
La sostenibilidad corporativa y la economía circular se complementan, ya que la adopción de principios de economía circular en las prácticas corporativas contribuye directamente a la sostenibilidad. Las empresas que aplican principios de economía circular buscan generar productos y procesos que minimicen los residuos, fomentan la reutilización de materiales, promueven la reparación en lugar de la sustitución, y favorecen el reciclaje de los materiales al final de su vida útil. Esto permite, sin duda, reducir la presión sobre los recursos naturales, disminuir la generación de residuos y contribuir a la conservación del medio ambiente.
Beneficios más al largo que al corto plazo
Aníbal Chamorro precisa que es importante tener claro que avanzar hacia la sostenibilidad corporativa requiere un cambio cultural interno y, en algunos casos, una importante inversión inicial de recursos. Cada empresa evaluará su situación y realidad financiera porque la sostenibilidad debe conjugarse e integrarse con la estrategia de negocios y los objetivos de corto, mediano y largo plazo que se tengan.
Finalmente, el CSO de Green Leader señala que volver sostenible una empresa requiere mirar a largo y no a corto plazo. Se debe transitar un camino que tiene una gama de variables que ir abordando, desde la cultura interna, la atracción y retención del capital humano, y la adopción de prácticas sostenibles como la eficiencia energética, gestión de residuos, abastecimiento responsable, la transparencia y el accountability de resultados y avances alcanzados, entre varios otros.
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