«Diseñamos y construimos biofiltros en los que entra el agua residual para salir parcialmente tratada, y en ese proceso se obtiene un gas, el hidrógeno, con una pureza del 70%», explica Joaquín Murría, gerente de Ingeobras, empresa que lidera el proyecto. Después, añade, se trabaja en incrementar la pureza del hidrógeno para que pueda ser utilizado como un vector energético.
En la primera fase de la iniciativa, financiada con una subvención del ministerio de Industria con fondos Next Generation de la Unión Europea, se han realizado ensayos de laboratorio en reactores de diferentes tamaños, con distintos cultivos bacterianos y analizando diferentes condiciones de reacción, según apuntan fuentes de Zinnae, el clúster para el uso eficiente del agua, que lidera la coordinación de este y otros proyectos. Además, precisan desde esta organización, se ha diseñado e implementado un sistema adecuado de distribución, almacenamiento y compresión del gas, todo ello aplicando tecnologías de digitalización para la monitorización y el control del proceso.
Entre 8 y 10 trabajadores de las tres empresas están trabajando en el proyecto, que se prevé que concluya entre la primavera y el verano del año próximo. De momento se está en el estadio de investigación industrial, apunta Murría, que cree que en la última fase se podría llegar a estar en una fase más cercana al mercado.
«Ya estamos produciendo hidrógeno a partir de aguas residuales, pero nos falta todavía alcanzar un control total de la estabilización del proceso», reseña el directivo de Ingeobras antes de añadir que una vez que consigan ese objetivo habrá que intentar escalar ese proceso.
Ingeobras, compañía nacida en 2005 como una ingeniería, pilota esta iniciativa desde su centro de investigación, ubicado en el vivero de empresas CEEI de Zaragoza. DAB Tecnología aporta su experiencia como especialista en la mejora de bacterias y Rivi Grupo Técnico, en el transporte interno de gases con presión.
Ingeobras se ha convertido con los años en una firma con valiosos conocimientos en tecnologías relacionadas con el agua para generar energía. Con 16 empleados, trabaja en un 60% para clientes en España y un 40% fuera del país, donde resulta clave su alianza con el grupo galo Saint-Gobain, trabajando con la marca Biobox. Factura entre 1 y 1,5 millones de euros.
Fuente: www.heraldo.es
