Serán las primeras pruebas de este tipo en América Latina para alcanzar un producto carbono neutral que permitirá el acceso con las mismas instalaciones y artefactos que se usan actualmente en los hogares, gracias a la mezcla de gas licuado tradicional y gas dimetil éter renovable (rDME).
En el puerto de Quintero fueron recibidos los dos contenedores con dimetil éter renovable (rDME), un gas de origen orgánico, con el que Lipigas iniciará pruebas en las que mezclará este producto con gas licuado de petróleo (GLP) para finalmente desarrollar un gas bajo en carbono que permita reducir las emisiones del GLP tradicional sobre el 80% y que sirva para actividades de uso domiciliario como cocinar, calentar agua o calefaccionar el hogar.
Las cargas de gas de rDME ya llegaron a las plantas de la compañía en Concón y Talcahuano y las pruebas comenzarán a fines de febrero. El producto es provisto a Lipigas por la empresa norteamericana Oberon Fuels, actualmente el único productor comercial de dimetil éter renovable en el mundo, en el marco de un acuerdo firmado entre las compañías en noviembre pasado. Este gas será mezclado en distintas proporciones con GLP para encontrar la dosis que permita crear un gas carbono neutral o con bajas emisiones de CO2 que cumpla con la normativa vigente en el país y con las demandas de los usuarios que buscan combustibles más sustentables y amigables con el medio ambiente. Posterior a esto, se realizarán pruebas de uso y seguridad de materiales y equipamiento de gas.
Cuando finalice la primera etapa de pruebas, el siguiente paso es la aprobación del producto por parte de las autoridades competentes, tras lo cual podría comercializarse contando con todos permisos requeridos en Chile. Cabe destacar que el gas rDME, conocido hace décadas, es muy similar al gas licuado tradicional y es usado con éxito en otros continentes.
El gerente de Hidrógeno Verde y Biocombustibles de Lipigas, Esteban Rodríguez, señala que esta iniciativa es única en el rubro a nivel latinoamericano y que podría significar una gran innovación para la industria. “Estas pruebas son el primer paso para comercializar un gas que cumple exactamente la misma función que el gas licuado de siempre, pero casi sin emisiones netas. Esto puede generar un gran impacto en la industria del gas y en los consumidores, ya que se encontraría una alternativa más sustentable para un combustible que se usa diariamente en los hogares del país y utilizando la misma infraestructura existente”, comenta.
Según IHS Markit, una empresa internacional dedicada al análisis de riesgo y estudios de mercado, la demanda de GLP en América Latina es impulsada por clientes residenciales y comerciales, que consumen alrededor de 80% del GLP de la región, cifra que muestra el impacto positivo que puede tener este producto en términos medioambientales.
“Con estas pruebas, seguimos avanzando en la misma línea que hemos trabajado durante los últimos años, buscando convertirnos en una empresa carbono neutral. Por ello continuamos explorando y evaluando alternativas energéticas renovables y sustentables, que también ayuden al país a conseguir la independencia energética”, agrega Rodríguez.
Además de uso doméstico, este tipo de gas también podría ser utilizado en procesos de producción industriales y aportar a que las empresas se acerquen a la economía baja en carbono.
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