A nivel mundial, en el año 2021, se vendieron 6.600.000 vehículos eléctricos, considerando vehículos eléctricos de batería y eléctricos híbridos enchufables. En Chile, para el mismo año, se vendieron 570 unidades representando un 0,009% de participación mundial de las ventas. La tasa de crecimiento promedio a nivel mundial, en los últimos 5 años, es del orden del 60%, mientras que en Chile dicho promedio alcanza un 66%. A nivel mundial, para el año 2021, la demanda energética para los vehículos eléctricos alcanzó 31.400 GWh.
“Si la energía eléctrica es generada a partir de combustibles fósiles, las
emisiones de gases de efecto invernadero seguirán en aumento a pesar
de utilizar vehículos eléctricos”
Sin duda, un gran desafío para la electromovilidad, pues si la energía eléctrica es generada a partir de combustibles fósiles, las emisiones de gases de efecto invernadero seguirán en aumento a pesar de utilizar vehículos eléctricos. Luego, la generación de energía eléctrica a partir de fuentes renovables, en donde Chile tiene un potencial superior a 2 TW, es una clave para avanzar en la descarbonización del planeta.
“¿Qué le falta a Chile para ser un líder en electromovilidad, si cuenta con
las materias primas necesarias como son el cobre, litio y energía renovables?”
Los principales mercados de vehículos eléctricos son China y Europa. Cabe destacar que, en su condición de productor y por las condiciones de mercado, en China un vehículo eléctrico en promedio tiene solo un costo 10% superior a un vehículo de combustión interna. Considerando las ventas anuales de vehículos eléctricos, a simple vista, nuestra realidad se asemeja a la tendencia mundial, pero ¿qué le falta a Chile para ser un líder en electromovilidad, si cuenta con las materias primas necesarias como son el cobre, litio y energía renovables en calidad y cantidad suficiente?
“Avanzar en incentivos tributarios y atraer la inversión que permita dar las
condiciones de mercado apropiadas para acelerar la electromovilidad en
nuestro país”
Chile debe avanzar en políticas públicas que incentiven la electromovilidad, incluidos los vehículos con pilas de combustibles; avanzar en regulaciones y estándares que permitan homologar vehículos de distintos países productores y la conversión de vehículos de combustión a eléctricos; avanzar en infraestructura y puntos de recarga; promover una mayor inversión en la extracción de minerales críticos respetando las prácticas socio-ambientales sustentables de modo de poder garantizar los suministros necesarios para impulsar una transición energética limpia y justa; avanzar en incentivos tributarios y atraer la inversión que permita dar las condiciones de mercado apropiadas para acelerar la electromovilidad en nuestro país y ser un actor clave a nivel mundial, facilitando un entorno de innovación, pues el apoyo sostenido de las políticas públicas ha sido una de las claves principales que explican las sólidas ventas de vehículos eléctricos en distintos mercados. La cuádruple hélice, Estado-Industria-Universidad-Comunidades, son los pilares para afrontar este desafío llamado electromovilidad.
