El hidrógeno verde se posiciona como una solución clave para el almacenamiento de energía renovable eléctrica a gran escala, ya que es una tecnología viable que permite liberar la energía almacenada de forma controlada en el momento que sea necesario, compensando así la generación intermitente de las renovables eléctricas.
La demanda de energía no para de crecer, obviando el paréntesis que supuso la pandemia. Ante la escasez de recursos y las tensiones geopolíticas, la potencia instalada de energías renovables también sigue al alza.
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A pesar de estos dos datos, la transición energética se topa con un desafío clave: para que las energías renovables eléctricas sean una solución real a nivel global, es preciso compensar el suministro intermitente que ofrecen.
Las energías renovables eléctricas requieren de unas condiciones meteorológicas indispensables para funcionar. Su producción, incluso en el transcurso de un mismo día, puede ser muy variable. Aquí es donde entra la necesidad de almacenar la energía generada para que pueda ser utilizada cuando exista demanda.
Dependiendo de la fuente renovable, disponemos de distintas opciones, como el bombeo en embalses con centrales hidráulicas o el empleo de sales altamente caloríficas en centrales de concentración solar. Pero hay una opción que cada vez gana más adeptos por sus múltiples ventajas: el hidrógeno verde, considerado el vector energético del futuro.
El hidrógeno verde, almacenable y 100 % limpio
El hidrógeno verde se posiciona como una solución clave para el almacenamiento de energía renovable eléctrica a gran escala. Se trata de una tecnología viable que permite liberar la energía almacenada de forma controlada en el momento que sea necesario, compensando así la generación intermitente de las renovables eléctricas.
Entre sus múltiples ventajas destaca que es una energía totalmente limpia, ya que no emite CO2 ni en su producción ni en su consumo. Además, es versátil y gestionable. Si a esto le sumamos que se puede utilizar tanto en movilidad, como para consumo doméstico, comercial e industrial, estamos hablando de toda una revolución para el sector energético.
El hidrógeno verde también puede ser transportado utilizando la infraestructura existente, bien con redes dedicadas solamente a hidrógeno o mezclado con gas natural, lo cual facilita su distribución a aquellos puntos donde sea necesario. Esta cualidad es especialmente relevante ya que, otras alternativas como las baterías tienen un coste inasumible a gran escala. Su despliegue a gran escala entra en los planes de la Unión Europea y de España para conseguir un futuro neutro en carbono para 2050.
Un futuro sostenible en el que podamos utilizar exclusivamente energías limpias puede ser viable si resolvemos el dilema del almacenamiento. Gracias a la capacidad de almacenamiento y transporte del hidrógeno renovable, estamos en el buen camino.
Fuente: Enagas
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