Cada 22 de abril se conmemora el Día Internacional de la Tierra, como un legado que posee bastante contexto histórico y donde todos pueden contribuir con acciones en pro a la protección del medioambiente.
Nuestro planeta pide a gritos un cambio. El impacto de la contaminación en diversas índoles, siendo las más contingentes la del plástico en los océanos o la de las empresas industriales, son una realidad de la cual se deben generar acciones sociales, políticas gubernamentales y, por sobre todo un cambio al paradigma de los seres humanos.
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La conservación de nuestra biodiversidad es un tema urgente y que, con el paso de los años, toma mayor relevancia. Pero, para contextualizar, es necesario recordar a un personaje histórico: el profesor Morton Hilbert en 1968 junto al Servicio de Salud Pública de Estados Unidos organizaron un simposio llamado Ecología Humana. Ese fue el origen para que Hilbert junto a sus estudiantes organizaran un día que conmemorara el cuidado del planeta. Años más tarde, se sumó Ralph Nader, político y activista que buscó visibilizar la problemática. Ya el 22 de abril de 1970 el senador y activista Gayrold Nelson propuso la creación de una agencia que se dedicara exclusivamente a trabajar por el medioambiente, la naturaleza y la sustentabilidad, todo en un contexto de marchas.
A propósito de este contexto, Manuel Gutiérrez, jefe de carrera de Licenciatura en Historia de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) recalcó la valentía y rupturismo de esta figura política de la década de los 70s. “La preocupación por la ecología en nuestra tierra data de muchos siglos atrás. Desde los últimos 100 años, principalmente a finales del siglo XVIII en Inglaterra, pero enfocado siempre al rubro del turismo y la preservación de la naturaleza. Estados Unidos fue el primer país en preservar un parque nacional o zona protegida ambiental”, enfatizó.
Esto dio pie para que más adelante figuras como la de Gayrold Nelson tomaran mayor relevancia, luego de los bombardeos nucleares de las décadas del 50 y 60, destruyendo islas y provocando contaminación. “Comienza una mirada de protección de la tierra a nivel mundial, más allá de los fines turísticos. Nelson apostó su capital político personal en esta temática. Llevó al Senado y dedicó su vida al cuidado del medioambiente, con aciertos o contrariedades respecto a la política norteamericana. Él hizo la conciencia de la necesidad de proteger al planeta sobre las acciones humanas irresponsables, desde el punto de vista industrial o incluso miliar”, concluyó el académico.
¿Por qué es importante el suelo?
El suelo es un organismo vivo. Desde esta perspectiva hay que entender la tierra. Existen un sinfín de microorganismos presentes, es parte de la base de la cadena alimenticia y proporciona la mayoría de los nutrientes para el crecimiento de las plantas. El 95 % de los alimentos provienen del suelo.
Bajo esta premisa, es que el investigador de la Facultad de Ciencias UCSC, Dr. Gustavo Saiz contextualiza la importancia de la tierra. “El suelo actúa como un filtro para el agua subterránea, filtrando los contaminantes y reduce enormemente el riesgo de inundación al poder almacenar toneladas de agua. También, almacena grandes cantidades de carbono en forma de materia orgánica que mitiga el calentamiento global. Sin embargo, el suelo es muy frágil. Dependiendo de la región, se necesitan de cien a mil años para producir alrededor de 2 cm de este valioso recurso”, explicó el Dr. Saiz.
Es necesario entender esto para ahora dimensionar lo grave de problemáticas tales como incendios forestales, contaminación del suelo por metales pesados o incluso la importancia de los sedimentos en los cuerpos de agua.
Un incendio forestal afecta tremendamente la biodiversidad del sector. Esto implica un daño, no solamente por la superficie quemada, sino que por la temperatura que está quemando por la energía liberada de la vegetación. “Afecta componentes innumerables: personas, economía, infraestructura, sistemas productivos, viñas y por supuesto, la ecología y biodiversidad. Vegetación, árboles y biomasa en general. Además de fauna terrestre y fauna que viven en el mismo suelo. A nivel de microbios y bacterias, los que más sufren son los de la superficie, aunque afecta también a los que están más al interior, actuando como una trama trófica”, enfatizó el Dr. Gustavo Saíz.
El suelo más allá de lo evidente
¿Cómo el suelo y los cuerpos de agua están relacionados?, aunque parezca lógico, el suelo que es transportado por ríos y llega a los lagos se denomina sedimento y también es parte de la tierra. El material que se acumula en el fondo de los lagos, registra cambios que ocurren en la superficie de la tierra y dentro de los cuerpos de agua, por ende son la memoria de los sistemas acuáticos como los lacustres. “Por ende, es vital conocerlos y evaluar su estado, ya que nos entrega información de eventos ambientales y climáticos que, si no son registrados con instrumentos en el momento que ocurren, se pueden detectar en los sedimentos como por ejemplo la contaminación, derrumbes, aluviones entre otros tantos eventos que el sedimento nos puede dar pistas de la historia de un lago”, complementa el académico de la Facultad de Ciencias UCSC, Dr. Sergio Contreras,
De alguna manera los organismos están conectados e influyen entre sí como con el ambiente. Un grave ejemplo es el deshielo del ártico. En palabras del mismo académico: “Por ejemplo, el deshielo del ártico está liberando gas metano a la atmósfera, que no hubiera sido liberado si no estuviéramos acelerando el cambio climático con nuestro aporte de gases invernadero y otras acciones de origen antropogénico”.
El suelo, además puede afectar a la salud humana, si es que no se protege. Entre los contaminantes más comunes que afectan al suelo, se encuentran los metales pesados, los que pueden ingresar al suelo a través de diversas actividades humanas, como la minería, la agricultura intensiva, la industria química y el vertido de residuos. También el arsénico, níquel, plomo o vanadio. La profesora Elizabeth González, jefa de carrera de Química Ambiental enfatiza en la importancia de la preservación de los suelos y su cuidado. “Su presencia puede persistir durante largos períodos de tiempo, generando impactos negativos en la calidad del suelo y en la salud humana y ambiental. Por lo tanto, es crucial implementar medidas efectivas de gestión y remedición para prevenir y mitigar la contaminación del suelo y proteger así este recurso vital para la vida en el planeta”, finalizó.
¿Qué podemos hacer?
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), estableció la efeméride de manera oficial y hace un llamado a la acción. Según sus propios estudios, existen alternativas viables para disminuir y reducir las emisiones de gases invernadero y lograr una adaptación respecto al cambio climático imperante.
La misma entidad incentiva a emprendedores con ideas innovadoras respecto a la contaminación por plástico. También, hoy desde las políticas públicas se establece la necesidad de sancionar el impacto de las empresas en la naturaleza, generando una acción que sea proporcional al daño causado. Y, el rol social empresarial, está cada vez más presentes en industrias que son contaminantes.
Y tú, ¿quieres ser parte del cambio?, ¿cuáles son tus acciones?
Si deseas tener mayor información respecto a las iniciativas de la ONU: https://www.unep.org/es/noticias-y-reportajes/comunicado-de-prensa/el-maximo-premio-ambiental-de-la-onu-las-soluciones
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