Cuatro años después de su cierre, Ence ha "resucitado" la planta térmica de Elcogás dándole un nuevo uso. La empresa que preside Ignacio Colmenares, se ha convertido en la primera compañía en trasformar una central térmica de carbón ubicada en España en una planta de generación de energía renovable con biomasa. La nueva instalación, inaugurada el pasado 9 de enero, se convierte en la octava planta de biomasa para Ence.
Este tipo de proyecto, considerado por la propia compañía como un "magnífico ejemplo de contribución a la transición energética justa", se convierte en una solución sostenible para dar una segunda vida a la decena de centrales de carbón que dejarán de estar operativas en nuestro país en junio de este año, al no haber acometido las inversiones necesarias en desnitrificación para reducir el impacto de sus emisiones contaminantes, según marca la normativa de grandes instalaciones de combustión.
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Lo cierto es que alguna de sus propietarias, como Endesa, lleva tiempo analizando la posibilidad de utilizar biomasa en dos de sus centrales para evitar su cierre: As Pontes (A Coruña) y Carboneras (Almería). Sin embargo, tal y como apuntan desde la eléctrica, los resultados no han sido satisfactorios, lo que, de momento, hace inviable esta opción. Pero, ¿qué requisitos hacen falta para que este tipo de centrales puedan replicar el proyecto de Ence?
Lo primero que hay que hacer, apunta Felipe Torroba, director general de Energía en Ence, "es identificar si existe un potencial suficiente de biomasa en la zona donde se encuentra la instalación que se quiere convertir". Es cierto que en algunos países como Reino Unido, algunas compañías como la inglesa Drax, llevan varios años haciendo reconversiones completas de carbón a biomasa. Sin embargo, apunta Torroba, "esto nos parece una aberración".
La biomasa que consumen estas plantas (principalmente pellets) la traen de EEUU y, para producirla, hay que utilizar madera que tiene otros usos de mayor valor añadido. De hecho, explica el responsable de Energía de Ence, "nosotros estuvimos viendo oportunidades para invertir en proyectos de biomasa en Reino Unido, pero todos los que vimos (tanto de plantas nuevas como para reconvertir) se basaban en importar la biomasa de Sudamérica o de Norteamérica y, a nosotros, eso no nos parece sostenible".
A su juicio, "esa sensibilidad de utilizar la biomasa local en otras partes del mundo no se está aplicando. No sucede lo mismo en nuestro caso". Los análisis previos realizados en la planta de Elcogás antes de su adquisición, ubicada en Puertollano (Ciudad Real), indicaron que la cantidad de biomasa disponible era suficiente para alimentar una planta de 50 MW, que es la potencia que tiene Biollano, nombre que recibe la nueva instalación (la instalación en origen tenía 320 MW).
La planta, que se ha construido en un tiempo récord de 16 meses, consumirá alrededor de 238.000 toneladas al año de biomasa, fundamentalmente procedente de subproductos agrícolas: 50% de orujillo y 50% entre sarmiento, poda de olivar y restos forestales y agrícolas leñosos, lo que permitirá una fuerte reducción de la quema incontrolada de rastrojos agrícolas. El uso de este tipo de biomasa, permitirá a la planta producir unos 325.000 MWh de electricidad al año, equivalente a las necesidades energéticas de más de 60.000 personas. Toda esta biomasa, apunta Torroba, "cumple con el Decálogo para la Sostenibilidad de la Biomasa como Combustible de Ence, una iniciativa pionera que nos impide utilizar combustible que esté fuera de un determinado radio de acción".
Otro de los aspectos a tener en cuenta a la hora de realizar este tipo de proyectos, señala Torroba, "es el precio de la biomasa". Ence ha realizado un análisis de todas las plantas de carbón que están operativas en España y, su conclusión, es que hay muy pocas que tengan disponibilidad de biomasa a precios razonables. El coste de la biomasa que hay, por ejemplo, en la cornisa cantábrica y en Asturias donde se encuentran algunas de estas centrales, "puesta en planta es muy alto y no las haría competitivas", explica Torroba. Se podrían reconvertir añade- pero no sería razonable el coste de producción del megavatio. En este sentido, el director general de Energía de Ence afirma que gran parte de los propietarios de centrales de carbón que hay en España "se han acercado a la compañía para ver la viabilidad de hacer la transición hacia una planta de biomasa y actualmente, estamos analizando la posibilidad de replicar el modelo en alguna otra central".
Convertir una central de carbón a biomasa resulta económicamente más caro que hacer una planta nueva de eólica o fotovoltaica; sin embargo, tal y como apunta el director general de Energía de Ence, "una planta de biomasa es generación renovable gestionable, puede operar las 24 horas del día los 365 días del año y entregar los megavatios hora cuando los demanda el sistema". El portavoz de Ence explica que, aunque es cierto que el PNIEC está muy enfocado a apoyar la generación con eólica y fotovoltaica, esto genera un problema de gestionabilidad muy grande en el sistema con el carbón saliendo y, lo que va a quedar, es el gas regulando. Por tanto, "este tipo de proyectos son estupendos para desplazar al gas y tener una energía limpia que pueda gestionar ese hueco que dejan la eólica y la fotovoltaica", afirma Torroba.
La planta de Biollano ha requerido una inversión aproximada de 100 millones de euros y sus instalaciones se han proyectado siguiendo las mejores técnicas disponibles recomendadas por el sector para tener una eficiencia muy alta, lo que se traduce en un menor consumo de biomasa por tonelada hora, así como aprovechar una serie de equipos e instalaciones del antiguo emplazamiento que supone, respecto a una planta nueva en un emplazamiento virgen, un ahorro de un 10% del coste de la inversión.
Entre estas mejoras, destacan la instalación de un ciclo de agua vapor regenerativo con recalentamiento, que permitirá operar con una elevada eficiencia, lo que reducirá el consumo de biomasa, y la instalación de un sistema de reducción de óxidos de nitrógeno (NOx) denominado 'reducción selectiva no catalítica'. Asimismo, se han construido silos cerrados, se utilizarán sistemas cubiertos para el transporte de la biomasa, y se ha instalado un eficaz filtro para la depuración de los gases de combustión a la salida de caldera. La chimenea, de 70 metros, también supera las características recomendadas para estas instalaciones. Además, la planta cumple sobradamente los parámetros ambientales exigidos en España y en Europa.
La actividad de la planta de Puertollano contribuirá al sostenimiento de más de 1.300 puestos de trabajo, entre directos, indirectos e inducidos, la mayor parte de ellos en el ámbito rural. Estos empleos se sumarán a los 500 empleos directos que ha generado la planta durante su construcción.
Actualmente, Ence tiene entre manos un proyecto bastante avanzado en tramitación en Almería, mediante el que darán solución a un problema medioambiental aprovechando todos los subproductos de los invernaderos, utilizándolos como combustible para esa futura planta de biomasa que llevan gestionando cerca de dos años. "Si hubiera subastas en breve, explica Torroba, y entendemos que con el nuevo Gobierno esto debería ser así, hacia finales de este año podríamos tener listo este proyecto para iniciar la construcción". La compañía también tiene en cartera otro proyecto de biomasa en Córdoba, pero es estado menos avanzado de tramitación.
Reporte, El Economista
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