La iniciativa, que contempla la construcción de un terminal portuario, una planta desalinizadora, una planta de procesos y un parque eólico, tiene el desafío de conectarse con las necesidades que se registran en las comunidades, aunque -aclaran desde la compañía- el privado puede llegar hasta cierto punto con estas contribuciones, porque es función del Estado.
Llegar a producir 1,3 millones de toneladas al año de amoníaco verde en su etapa final, es la meta que se ha impuesto el proyecto HNH Energy, desarrollado por el consorcio de empresas Copenhagen Infrastructure Partners (CIP), AustriaEnergy y ÖkoWind.
Para ello construirán en la comuna de San Gregorio, en la Región de Magallanes, un complejo de US$7 mil millones que producirá hidrógeno verde, el cual contempla un terminal portuario, una planta desalinizadora, una planta de procesos y un parque eólico de 194 aerogeneradores inicialmente, lo que generará una empleabilidad de 4 mil personas en la etapa constructiva, y alrededor de 500 empleados para la operación.
Mario Marchese y Osvaldo Richards, directores del proyecto HNH Energy
Sin embargo, existe otro desafío que debe ser despejado antes. Según explican en el medio digital Diálogo Sur, una de las variables que enfrenta esta iniciativa, que aún se encuentra en la etapa de estudios previos a la evaluación medio ambiental, es conectarse con las necesidades que se registran en las comunidades que se verán impactadas por el proyecto. Es el caso de Villa Punta Delgada, un poblado fronterizo, que nació en la época de oro de la ganadería en Magallanes y que, con el correr del tiempo, se ha mantenido a costa del sacrificio de las familias que hacen patria a 160 kilómetros al noreste de Punta Arenas, dependiendo en la actualidad, en buena medida, de los proyectos y financiamiento del Estado.
Para poder operar, las empresas deben contar en la actualidad con los permisos que le obliga la ley, pero también, con los permisos que les otorga la comunidad y que se resumen en el concepto de licencia social. En esa línea, HNH Energy lleva varios meses realizando mesas de trabajo y participación ciudadana con el propósito de conocer las necesidades de la población en la que impactarán con su inversión.
Al respecto, el director general del proyecto, Mario Marchese, explica que “partimos preguntando a los vecinos qué necesitan. La respuesta ha sido: energía, agua potable y alcantarillado, esas son las necesidades básicas que hay que resolver”.
Al mismo tiempo aclara que “el privado puede llegar hasta cierto punto con estas contribuciones, hay formas de hacerlo”, y agrega que los privados no deben suplir la función del Estado.
Permisos ambientales
“Desde el punto de vista normativo, la norma es bastante estricta porque muchas de ellas fueron desarrolladas para la minería”, asegura Marchese y agrega que “el diseño del proyecto tiene que hacerse dentro de esas normas”. Dice que existe abundante normativa y experiencia de manejo en el amoníaco porque se utiliza para la industria de explosivos para la minería del norte de Chile.
De esta forma el director de HNH Energy establece su visión sobre la normativa que actualmente regula la producción de amoniaco, subproducto del hidrógeno que esperan producir en grandes volúmenes en San Gregorio, de aprobarse la iniciativa.
Además de energía, que generaran en el parque eólico, necesitan abundante agua y para ello se espera sacarla del mar, para luego desalinizarla con procesos ampliamente utilizados en Chile y el mundo.
“La salinidad del mar en esta región es bajísima (…) y eso condiciona a la vida marina porque su hábitat se ve alterado al disminuir la salinidad”, explica Marchese al mismo tiempo que asegura que “nosotros no vamos a corregir eso porque vamos a agregar una cucharadita de sal en el mar, devolviendo un concentrado en una zona súper reducida. Se ha demostrado, por ejemplo, en las desaladoras que operan en Antofagasta, que son entre cinco a seis veces más grandes de las que nosotros estamos planificando acá, llevan ocho años operando y no se han visto impactos en la zona”, dice, y asegura que existen “especies que se benefician de la salinidad y eso atrae peces”.
Osvaldo Richards en tanto, director del proyecto, explica que la empresa lleva “más de dos años midiendo la línea de base del medio marino en la zona. Verano, invierno, con costo altísimo por campaña, con un montón de muestras. Hemos puesto los esfuerzos en tener una muy buena línea de base en fauna, flora, también en identificar el impacto en la población, y sobre las aves”.
HNH Energy estima ingresar el Estudio de Impacto Ambiental al Servicio de Evaluación Ambiental a finales del primer trimestre del próximo año y de “no mediar nada extraño que quiera entorpecer el proceso”, la norma establece entre 18 y 24 meses para su tramitación.
Impactos en el medio ambiente
Ambos directores aseguran que la empresa está consciente que toda actividad humana tiene impacto, “es imposible no generar algún nivel de impacto, entonces cómo minimizamos esos impactos, ojalá cómo los eliminamos. Una de las grandes preocupaciones nuestras han sido las aves, la riqueza ornitológica que hemos visto en la región hay que cuidarla. Conversamos como varios ornitólogos en cómo podemos contribuir y rescatar la población de aves”, explica Marchese.
En tanto Richards comenta que han realizado estudios durante dos años “con ornitólogos muy destacados, contratados por la empresa haciendo estudios de nidificación y tránsito aéreo, instalamos un radar que ha cumplido ocho meses operando exclusivo para detectar vuelos de aves. Es un sistema tecnológico que nos está dado información valiosa y a partir de ella se pensarán las medidas de mitigación y compensación.”
Finalmente asegura que “esta es una oportunidad para el caiquén colorado, quedan poquitos. Veamos donde nidifican, hagamos plan de recuperación, planes de reposición. Si no hacemos nada se van a extinguir solos”.
Colaboración: DiálogoSur.cl
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