Dr. Lorenzo Reyes-Bozo Decano de la Facultad de Ingeniería Universidad Autónoma de Chile
OPINIÓN
“Con la demanda mundial de amoníaco verde en aumento, el país tiene la oportunidad de ser un proveedor líder de este compuesto, contribuyendo significativamente a la descarbonización global y promoviendo un futuro energético más limpio y sustentable”.
Recientemente se anunció el ingreso al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) del proyecto HNH Energy, destinado a la producción y exportación de amoníaco verde, que contempla una histórica inversión de US$11.000 millones en la Región de Magallanes. Este compuesto químico esencial, producido de manera sustentable a partir de hidrógeno verde, promete revolucionar diversas industrias al reducir las emisiones de carbono y de otros gases de efecto invernadero. A diferencia del amoníaco tradicional, que se fabrica utilizando gas natural y emite grandes cantidades de CO2, el amoníaco verde se produce con bajas emisiones de carbono, posicionándose como una solución clave en la lucha contra el cambio climático.
“Este compuesto químico esencial, producido de manera sustentable
a partir de hidrógeno verde, promete revolucionar diversas industrias
al reducir las emisiones de carbono y de otros gases de efecto invernadero”
Cabe destacar que, los principales Giga-Proyectos mundiales de producción de hidrógeno verde tienen asociada la producción de amoníaco renovable, pues las cadenas logísticas de transporte de amoníaco ya existen a nivel global, lo que facilita el transporte de la energía limpia almacenada.
Las aplicaciones del amoníaco verde son diversas y prometedoras. En primer lugar, puede utilizarse para producir fertilizantes para la agricultura, reduciendo la huella de carbono de uno de los sectores más intensivos en emisiones. También, puede ser materia prima para la producción de explosivos, utilizados en minería. Además, se perfila como un combustible potencialmente revolucionario para el transporte marítimo, una industria en busca de alternativas sostenibles para reducir su impacto ambiental. Igualmente, se puede utilizar en la generación de energía y como vector de almacenamiento de energía, facilitando el transporte y almacenamiento del hidrógeno de manera eficiente y segura.
“Puede utilizarse para producir fertilizantes para la agricultura,
reduciendo la huella de carbono de uno de los sectores más intensivos
en emisiones”
Chile, con su abundancia de recursos renovables, especialmente energía solar y eólica; está en una posición única y estratégica para convertirse en un líder mundial en la producción de hidrógeno y amoníaco verdes. Los factores de planta, en el Desierto de Atacama para proyectos solares y en la Región de Magallanes para proyectos eólicos, permiten al país contar con recursos renovables en calidad y cantidad suficientes para el desarrollo de plantas de electrólisis a gran escala y la consecuente producción de hidrógeno y amoníaco verdes.
Con la demanda mundial de amoníaco verde en aumento, el país tiene la oportunidad de ser un proveedor líder de este compuesto, contribuyendo significativamente a la descarbonización global y promoviendo un futuro energético más limpio y sustentable. El compromiso del Estado, la contribución del sector privado, sumado a los aportes de universidades y centros de investigación, refuerzan esta oportunidad y la transición hacia energías no fósiles.
Colaboración de:
Dr. Lorenzo Reyes-Bozo
Decano de la Facultad de Ingeniería y director del Grupo de Investigación en Energía y Procesos Sustentables de la Universidad Autónoma de Chile
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