Con un monto inicial de solo cinco millones de pesos, CleanLight logró abrirse paso en el mercado, rompiendo el paradigma de las torres y generadores de energía tradicionales que, por mucho tiempo, fueron la única solución para las grandes empresas. Hoy, con soluciones solares seguras y no contaminantes, la empresa proyecta convertirse en unicornio, alcanzando una valuación de más de US$1.000 millones en tres años.
“En nuestro primer año, alcanzamos cerca de un millón de dólares en ventas, gracias a la convicción de todo el equipo y, al segundo, duplicamos la facturación superando los US$2,3 millones. El año pasado, fuimos seleccionados por una de las aceleradoras más importantes de Estados Unidos, que valoró a CleanLight en más de US$20 millones”, comenta el fundador de la firma chilena de energía limpia, Jordan Butler.
Calificada como una startup de tecnología y hardware de la especialidad Cleantech, es decir, que desarrolla productos físicos, de base tecnológica, que solucionan necesidades de generación limpia de energía, la empresa prevé su segunda ronda de financiamiento para los próximos meses, debido al alto interés que despertó en países como México, Estados Unidos, España y Canadá.
Las torres solares móviles de iluminación, comunicación y vigilancia, que CleanLight ha instalado en grandes faenas industriales, lograron garantizar la tan anhelada continuidad operacional que necesitan las empresas; y, al mismo tiempo, llegar a los hogares con un generador solar móvil que bautizó como “Solbox”, un pequeño equipo plug&play que se conecta muy fácilmente en cualquier lugar, ofreciendo energía 100% renovable, a precio de retail.
“Hay faenas mineras en el norte, que manejan de forma remota los camiones mineros desde Santiago, gracias a la conectividad que ofrecen las torres móviles solares de comunicación de Cleanlight. Por eso, confiamos en nuestra próxima apertura comercial en Estados Unidos y en nuestra expansión a Latinoamérica”, señala Jordan Butler.
Aunque la banca tradicional no financia empresas con menos de tres años de antigüedad, Jordan y su equipo -que completan David Márquez, Camila Svec y José Godoy- lograron crecer solo con inteligencia financiera, sin levantar capital, con productos que son prioritarios de cara al cambio climático, especialmente, a nivel industrial.
