Se espera que el aplicar los principios de la economía circular en la industria de la construcción no solo disminuya sus impactos ambientales, sino que también posibilite nuevas oportunidades de negocios y de aprovechamiento de residuos.
Según una publicación del medio electrónico País Circular, actualmente el principal problema ambiental generado por la construcción es la generación de residuos. En el país, el 35% de los residuos sólidos proviene de la construcción y la demolición, y según cifras del Minvu se proyecta que a 2023 estos alcancen las 7,4 millones de toneladas al año, suficiente para llenar más de 15 veces el Estadio Nacional. Para enfrentar este problema, el programa Construye2025 -impulsado por Corfo- elaboró una Hoja de Ruta para la Gestión Sustentable de los Recursos y Residuos de la Construcción y Demolición, junto a los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Medio Ambiente y Obras Públicas, la que fue lanzada a principios de octubre en el Centro Cultural La Moneda para iniciar su período de consulta pública.
“Para dar solución a este problema, se visualiza la economía circular como una gran oportunidad para el desarrollo y crecimiento sustentable del país, considerando el aporte que hace el sector de la construcción a la economía y al empleo. De esta forma, se revisan referentes internacionales sobre cómo se está abordando esta problemática. En la Unión Europea se ha establecido a la construcción y entorno construido como sectores prioritarios y con grandes oportunidades de generar cambios positivos en el uso eficiente de los recursos, y contribuir al desarrollo y crecimiento, a través de la generación de nuevos negocios, emprendimientos y empleos, así como reducir las emisiones de carbono” explica Alejandra Tapia, coordinadora de sustentabilidad de Construye 2025, en una entrevista publicada por el portal País Circular.
Se visualiza la economía circular como una gran oportunidad para el desarrollo y crecimiento sustentable del país
Se trata de un proceso en el que participaron todos los actores del sector, entre ellos el sector público, la academia y las empresas y gremios del sector privado, y que incluyó la realización de talleres y mesas de trabajo en los que participaron más de 260 personas. Esto permitió un acuerdo amplio para la construcción de esta hoja de ruta, cuyo objetivo es que se transforme a futuro en una política de Estado que incorpore los principios de la economía circular en la construcción, y que ayude a crear nuevos mercados en esta materia.
Para la industria de la construcción, la necesidad de implementar la economía circular en sus procesos “surge de que las personas, las empresas y quienes participan de las políticas públicas, han debido incorporar acciones concretas para mantener un debido equilibrio en este crecimiento económico, con cuidado del medio ambiente y las personas, y es aquí donde la economía circular tiene grandes beneficios, no solo desde el punto de vista ambiental y social, sino que incluso económico, debido a que a través de la innovación y con los cambios de modelos de negocios y de paradigma, hoy es posible generar mercado o crecimiento o, incluso, rentabilidades, a través de la reutilización de residuos”, dice Carlos Bascou, presidente del Consejo de Productividad, Innovación y Construcción Sustentable (CPICS) de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y director del Instituto de la Construcción.
Por ejemplo, hoy en Chile las empresas siderúrgicas tienen acopiada cerca de 700.000 toneladas de escorias de acero, cifra que se incrementa mensualmente. Según investigaciones y la experiencia internacional, las escorias se podrían transformar en áridos reciclados para la construcción.
En ese sentido, el trabajo de elaboración de la Hoja de Ruta ha mirado de cerca la experiencia europea en el desarrollo de políticas públicas y herramientas asociadas a reducir los impactos negativos que genera la construcción en el medio ambiente, a través de la economía circular, experiencia que podría adaptarse a la realizada de Chile.
Hoy la Unión Europea produce grandes volúmenes de residuos de construcción y demolición y tiene como objetivo aumentar la reutilización de estos materiales, reduciendo los vertederos y los impactos ambientales negativos. Una de sus directivas para este tipo de residuos que antes del 2020, deberá aumentarse hasta un mínimo del 70% de su peso la preparación para la reutilización, reciclado u otra valorización de materiales, incluidas las operaciones de rellenos que utilicen residuos como sucedáneos de otros materiales.
A esto se suman algunas experiencias ya realizadas en Chile, donde los ahorros que se perciben algunas constructoras al realizar gestión de residuos, en el presupuesto para disposición final, alcanza entre un 25-50%, esto a través de la optimización de materiales y evitando la eliminación mediante la valorización: reducción, reutilización y reciclaje de materiales. Adicionalmente, la partida del aseo puede tener implicancias dentro del presupuesto, pudiendo obtener ahorros de hasta 5 veces en el valor de aseo por m2 de obra.
Fuente: PaísCircular.Cl
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