Con prácticas centradas en el acercamiento y diálogo prematuro con dirigentes y comuneros del sector y su entorno este proyecto pretende instalarse en la Provincia del Huasco, zona donde en el pasado han fracasado diversas iniciativas de inversión -mineras y agroindustriales- por razones ambientales y sociales.
Una notable iniciativa está llevando a cabo Leonardo Prieto, emprendedor de 34 años de edad, oriundo de la comuna de Buin, quién, basado en una experiencia similar que conoció en Brasil, se ha dado a la tarea de recolectar envases plásticos acumulados en la ribera del río Maipo, para darles un nuevo uso y, de paso, contribuir con su entorno y medioambiente al despejar de este tipo de desechos las áridas inmediaciones de la cuenca.
Según comenta, hace un año comenzó recolectando él mismo botellas desde la rivera del río. Sin embargo, el auge de la iniciativa ha provocado que muchos voluntarios y vecinos de Buin lleguen hasta su taller con estos insumos.
Pero su proyección va más allá, puesto que su gran desafío es otorgar empleo a personas con capacidades diferentes y a expresidiarios que estén interesados en trabajar y reinsertarse en la sociedad.
“Actualmente estamos trabajando con tres personas con capacidades diferentes en mi taller de Buin, y me han llamado de diferentes instituciones para realizar talleres sobre gestión de residuos”, explicó Prieto.
En efecto, agrega que éste es otro de sus desafíos, fomentar en la comunidad la reutilización de estos materiales e incentivar la economía circular que otorgue una alternativa a nuevos emprendedores y, además, genere consciencia con el medioambiente.
“He realizado diversos talleres de gestión de residuos y de fabricación de estos escobillones en municipalidades, colegios y otras organizaciones, como la que tuvimos en la Fundación Punta de Lobos con vecinos de Pichilemu, en Puerto Natales y Buin, instancias en las que hemos reunido a más de 100 participantes. La idea es que comprendan la importancia de reciclar y que armen sus propias economías locales”, explica.
Agrega que gracias a la labor del director de sustentabilidad de la Fundación, Patricio Mekis, fue posible utilizar un espacio dentro de la institución cien por ciento dedicado a sus actividades, las que también se expandieron a la gestión de residuos en las playas de Punta de Lobos durante el verano de 2019, separando aproximadamente 750 kilos de latas, vidrio y PET y más de una tonelada de basura común.
Producción artesanal
La fabricación de estos escobillones se realiza mediante un ingenioso y artesanal sistema, en el que sólo se utiliza una especie de carrete en el que se inserta el envase y, luego, mediante un elemento cortante, se van rebanando los filamentos plásticos que darán forma a las cerdas de los escobillones.
Actualmente, Ecobillones tiene una producción de hasta 20 unidades diarias, con lo que reciclan cerca de 5000 botellas mensuales.
El trabajo, cuya producción intentan incrementar sin afectar la calidad del producto, se divide en dos categorías: el escobillón de uso industrial, que requiere 12 botellas; y el de uso doméstico, que utiliza 7 botellas. En ambos casos se utiliza madera de despunte y mango de colihue. Su precio alcanza los 9.900 y 6.900 pesos respectivamente. | RS
Contacto: Leonardo Prieto, mail prietoleonardo1@gmail.com
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