El rol que podría ocupar la biomasa durante el proceso de descarbonización en Chile

La biomasa podría ser el eslabón que ayude a balancear la intermitencia energética de otras renovables y, todas estas energías en conjunto, contribuir en el reemplazo de las centrales a carbón, cuyo calendario de retiro se dio a conocer esta mañana por el Presidente Piñera.

Con el cierre programado de las centrales a carbón en Chile, cuyo proceso se formalizó esta mañana con la firma de un acuerdo por parte del Presidente Sebastián Piñera, y las primeras 8 empresas carboneras, las que comprometieron su salida en un plazo de 5 años, se abre un nuevo escenario para las renovables en el proceso que se requerirá para suplir la energía que dejarán de emitir dichas compañías.

 

Así lo cree Patrick Furrer, gerente general de Pöyry en Chile, compañía multinacional de origen finlandés, especializada en consultoría e ingeniería para proyectos de energía, industriales e infraestructura, quien explicó que la oportunidad que se observa con el retiro programado de las centrales a carbón de Chile, va por otras fuentes de energía que tienen que reemplazar la capacidad y las características de la generación termoeléctrica. “Parcialmente esto puede ser logrado por la implementación de energías renovables como solar y eólica, pero se requieren tecnologías para poder balancear los efectos de la intermitencia de estas fuentes y para garantizar la energía también en la noche. Por otro lado, Chile tiene un gran potencial para centrales de biomasa con la materia prima dentro del país, lo cual reduce también la dependencia de combustibles de otros países. La biomasa es una fuente renovable que cuenta con las tecnologías maduras y disponibles. Y cuando se diseñan y operan correctamente, son tecnologías limpias”.

 

Consultado por la factibilidad de modificar o adaptar estas centrales a biomasa o al proceso de waste to energy (WTE), el ejecutivo explicó que en termoeléctricas de carbón hay varios componentes que se pueden reutilizar en plantas de biomasa o de WTE, siempre considerando que las características técnicas y la evaluación de la vida útil remanente sea positiva. “Muchas centrales de carbón ya tienen varios años de operación y están llegando al final de su vida útil o donde habría que cambiar los componentes. Por lo tanto, no siempre existe esta sinergia de reutilizar equipamientos. Sin embargo, la oportunidad es que la ubicación, el terreno y la conexión eléctrica ya existen. Entonces no es necesario buscar un nuevo lugar con nuevos impactos al medio ambiente. Al final si una central es apta para su reconversión a biomasa o WTE, hay que evaluarlo en cada proyecto específico”, señaló.

 

Sin embargo, explica que “hay un mercado subdesarrollado para sistemas de calefacción distrital en base a biomasa que pueda mejorar la situación de contaminación atmosférica significativamente en las ciudades del sur de Chile. Para que estos proyectos puedan ser competitivos en el mercado nacional, requieren de grandes economías de escala, por lo cual, es necesario crear una institucionalidad que desarrolle desde el mundo público, o de las garantías e impulso para que privados puedan desarrollar estos proyectos con costos atractivos para el usuario final”, concluyó. | RS

Experiencia de Pöyry en el mundo

 

En materia de proyectos, Pöyry realiza a nivel global unos 10.000 proyectos al año. Muchos de estos proyectos son estudios y consultorías menores en diferentes áreas como la industria de papel y celulosa donde muchas veces se consideran centrales de biomasa. También en otras áreas como infraestructura o edificaciones con alta eficiencia energética donde también se aplican pequeñas centrales para calefacción, y en el rubro de energía donde trabaja en varios países en diferentes proyectos de biomasa y waste-to-energy (WTE) en distintas fases de desarrollo. Sólo en WTE tienen referencias en todo el mundo con más de 150 nuevas plantas diseñadas y grandes rehabilitaciones o ampliaciones de sistemas existentes.

 

Destacan sus proyectos de biomasa en Asia que actualmente Pöyry está implementando bajo el esquema llave en mano (EPC) y la construcción de la planta North Negros Biopower de 25 MW en Filipinas, la cual utiliza los residuos de las plantaciones de azúcar como combustible.

 

Este año Pöyry ha pasado a formar parte del grupo ÅF Pöyry, donde ahora en conjunto con la empresa ÅF, ha pasado a ser uno de los líderes globales en soluciones para aplicaciones de conversión de residuos en energía, lodos y biomasa. Sólo en las plantas WTE diseñadas por ÅF se incineran más de 2,5 millones de toneladas de residuos por año en países como Finlandia, Suecia, Lituania, Estonia, Rusia, Corea del Sur y Polonia.

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