Juan Pablo Zúñiga, director ejecutivo de H2 Chile: “Debemos centrarnos en proyectos con una alta probabilidad de éxito en el corto plazo”
En entrevista con Reporte Sostenible, Juan Pablo Zúñiga, director ejecutivo de la Asociación Chilena de Hidrógeno, H2 Chile, analiza diversos escenarios por los que está transitando actualmente el hidrógeno verde y sus perspectivas.
Reporte Sostenible, 10 de febrero, 2020
- La misión de H2 Chile es acelerar la introducción de proyectos de hidrógeno para aprovechar el potencial nacional, ¿dónde crees que debería estar el foco?
Pienso que debemos centrarnos en proyectos significativos con una alta probabilidad de éxito en el corto plazo. Primero, estos proyectos deberían ser lo suficientemente eficaces para que el hidrógeno sea la primera opción en algunas zonas (islas, por ejemplo). Segundo, deberían ser de baja complejidad (tipo skid) para replicarlos fácilmente. Tercero, deberían ser de un tamaño tal que permita impulsar mejoras en la cadena de suministro. Mientras más proyectos se encuentren alineados a estas condiciones, más confianza se generará dentro y fuera de la industria y por ende mayor será el impacto. A medida que más empresas entren y compitan, veremos un aumento en la disponibilidad de financiamiento y los encargados de políticas públicas darán prioridad al sector.
- Este último tiempo se ha visto un “boom” en términos de exposición mediática sobre este tema, pero hasta ahora poco se ha hablado de los riesgos, ¿cuál es tu visión al respecto?
Efectivamente el hidrógeno se ha robado gran parte de los debates de descarbonización el último tiempo, y no solo en Chile, sino también a nivel mundial. De hecho, este año en Madrid organizamos en conjunto con Generadoras y GIZ el primer panel de discusión en torno al hidrógeno que se realiza en una COP. Tuve la oportunidad de moderar este panel y justamente conversamos sobre esta pregunta. La principal conclusión es que un desajuste prolongado entre expectativas y la materialización de proyectos puede causar que aquellos que desean adquirir productos y/o entregar soluciones se sientan decepcionados, se pierda la buena voluntad y el foco se ponga en otros negocios. En segundo lugar, concordamos en que un despliegue tardío de este mercado tendría como consecuencia una descarbonización más lenta de nuestra economía y veremos la adopción de otras tecnologías para llenar el vacío. Por ejemplo, sabemos que las baterías (tecnología complementaria, no competidora) funcionan bien en determinadas aplicaciones, sin embargo, es posible que sean “empujadas” a servir fuera de su rango óptimo y lleguen a otros usos menos apropiados, resultando en el encarecimiento global del sistema.
Juan Pablo Zúñiga, director ejecutivo de la Asociación Chilena de Hidrógeno, H2 Chile
En el contexto de esta pregunta me gustaría recalcar también que el hidrógeno no es la solución a todos los problemas que enfrenta nuestro actual sistema energético. Así como vemos este “boom” de propaganda ahora, lo hemos visto también en el pasado. Sin embargo, la gran diferencia es que antes no éramos campeones en generación renovable y la voluntad política no era la adecuada para alcanzar un despliegue masivo. Ahora, en el contexto de urgencia climática, las condiciones están alineadas para un despliegue total del potencial en distintas regiones e industrias del país.
- Sobre "Power-to-X" ¿qué se entiende por este concepto y cómo se aplica a la industria?
Pienso que para entender el concepto Power-to-X es más fácil desglosarlo de la siguiente manera: Primero, entendiendo el concepto Power-to-Hydrogen. Este concepto hace referencia al hidrógeno producido vía electrólisis por medio de electricidad baja en carbono que se puede obtener ya sea desde la red (on-grid), plantas dedicadas (off-grid) o sistemas mixtos (híbrido). Luego, tenemos el concepto de Hydrogen-to-X, el cual hace referencia a la enorme cantidad de aplicaciones donde el hidrógeno puede formar parte. Tenemos ejemplos en transporte, con la utilización de celdas de combustible, en la industria química como precursor del amoníaco (Power-to-Ammonia) o metanol (Power-to-Methanol), en la producción de combustibles sintéticos mediante la reacción de Sabatier (Power-to-Gas) o utilizando Fischer-Tropsch para la producción de hidrocarburos líquidos (Power-to-Liquids). Adicionalmente, podemos también “reelectrificar” este hidrógeno enviando la energía de vuelta a la red (Power-to-Power) o utilizarla en lugares remotos (microgrids).
- ¿Cómo pretenden impulsar nuevas iniciativas Power-to-X en Chile?
En este momento mencionaría dos actividades imperdibles para quienes estén interesados en el desarrollo de proyectos de hidrógeno. La primera de ellas es la Misión Cavendish. Esta iniciativa que consta de cuatro jornadas busca disminuir la percepción de riesgo en torno a estos proyectos y al mismo tiempo dar el espacio para establecer las redes de contacto necesarias para la coordinación. El foco de estos talleres va más allá de proyectos piloto y de demostración, enfatizando la necesidad de proyectos comerciales que permitan a políticos, reguladores e inversionistas comprender que el hidrógeno es real y que todavía necesitamos apoyo para acelerar su despliegue. La primera jornada realizada el 15 de enero se centró en iniciativas nacionales, mientras que la segunda se llevará a cabo el 25 de marzo y tendrá como foco el análisis técnico económico de estos proyectos. En junio, finalizando las dos últimas jornadas de Misión Cavendish (abril y mayo), tendremos la oportunidad de escuchar exponentes internacionales del sector en la 3a Conferencia Internacional del Hidrógeno. Adicionalmente, ese mismo mes tendremos representantes del Mission Innovation visitando el país discutiendo como llevar este mercado a nivel gigawatt. | RS