Con ambiciosas metas de energías renovables y avances en digitalización, Chile y Brasil lideran la transición energética en la región con políticas renovables que transforman sectores clave como la minería y los data centers.
La transición hacia matrices energéticas limpias se ha convertido en una prioridad para América Latina, posicionando a la región como un actor clave en la lucha contra el cambio climático. Países como Chile y Brasil destacan por sus políticas que buscan transformar sectores estratégicos como la minería, los data centers y la producción de hidrógeno, adoptando soluciones renovables e innovadoras.
"Hablar de transición energética es un cambio estructural impulsado por políticas sostenibles que cada país adapta a sus necesidades. En el caso de Chile, sus metas para lograr una matriz energética 100% renovable están entre las más desafiantes de la región", destaca María Andrea Ortega, SAM Microgrid Business Developer de Schneider Electric.
María Andrea Ortega, SAM Microgrid Business Developer de Schneider Electric.
En este contexto, Chile está invirtiendo intensamente en generación solar, eólica y sistemas de almacenamiento energético. Estas iniciativas no solo fortalecen la red eléctrica, sino que también impulsan sectores clave de su economía. "Si logramos una matriz completamente renovable, el impacto en la minería y en la producción de hidrógeno verde será enorme. Esto aumentará la competitividad de los productos que exporta el país al reducir su huella ambiental", señala Ortega.
Digitalización y transición energética
El avance acelerado de la digitalización, impulsado por tecnologías como la inteligencia artificial, está transformando sectores como los data centers. Este segmento, que muestra un crecimiento destacado en países como Chile y Brasil, se proyecta como un mercado en expansión. Según un estudio de Mordor Intelligence (2023), se estima que el mercado global de servicios de centros de datos alcanzará los 127,440 millones de dólares en 2024, con un crecimiento esperado hasta los 272,040 millones de dólares en 2029. Este panorama resalta la necesidad de adoptar enfoques sostenibles para satisfacer el aumento exponencial de la demanda energética, garantizando que este desarrollo tecnológico sea compatible con los objetivos de sostenibilidad global.
En este sentido, el principal desafío de los data centers no es únicamente satisfacer el creciente consumo de energía, sino asegurar que ésta provenga de fuentes renovables o sistemas de autogeneración sostenibles. Adicional a esto, la digitalización se posiciona como una herramienta clave que permite gestionar los recursos energéticos de manera más eficiente. "No podemos gestionar lo que no medimos. Contar con datos precisos sobre cómo se consume la energía es clave para identificar ineficiencias, mejorar la operación y reducir costos", añade Ortega.
Hacia el cumplimiento de estándares internacionales
Al acercarnos a la evaluación de los compromisos del Pacto Verde (diciembre 2024), la necesidad de acelerar estas transformaciones es cada vez más apremiante. La estrategia no solo implica adoptar energías renovables, sino también integrar tecnologías avanzadas que permitan a las industrias reducir emisiones y operar de manera sostenible.
"Lograr un desarrollo sostenible requiere un esfuerzo conjunto entre gobiernos, empresas y usuarios finales. Solo así podremos transformar el sector eléctrico y hacer que cada kilovatio, cada mineral y cada recurso extraído sea realmente sostenible", concluye Ortega.
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