Empresa Veolia ha evitado que tres millones de contenedores plásticos lleguen a rellenos sanitarios en Chile

La compañía francesa de servicios medioambientales ha implementado un plan en cien hospitales del país. Experto explica que un centro clínico de alta complejidad produce alrededor de 40 toneladas de residuos al mes.

Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, cada año se aplican en el mundo 16 mil millones de inyecciones; de la cifra, no todas las agujas y jeringas se eliminan correctamente. La misma institución determinó en 2015, junto a Unicef, que, de las instalaciones evaluadas en 24 países, sólo un 58 por ciento tenía en funcionamiento sistemas adecuados para la eliminación segura de desechos sanitarios.


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De nombre Rebox, el servicio de la empresa francesa Veolia consiste en el retiro de elementos cortopunzantes –en particular, jeringas y agujas– de los centros asistenciales a través de contenedores reutilizables, especialmente diseñados para su posterior tratamiento automatizado y seguro de limpieza y eliminación de patógenos. En los últimos tres años, la iniciativa ha evitado que tres millones de contenedores plásticos desechables lleguen a rellenos sanitarios y la emisión de 1.295 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. 

 

“Rebox permite tratar el plástico para recuperar su inocuidad, reutilizarlo y enviar solo los elementos de metal a desperdicio, sin su carga de virus, bacterias u otros microorganismos. Un hospital de alta complejidad produce alrededor de 40 toneladas de residuos al mes, que una vez utilizados en los procesos asistenciales son despachados en su totalidad a rellenos sanitarios”, explica Eduardo Pinto, gerente comercial de Residuos Hospitalarios de Veolia en Chile. La compañía de servicios medioambientales opera en Chile hace más de 40 años

 

Cómo funciona

 

Una vez que el contenedor se retira de los recintos hospitalarios ingresa a un tratamiento automatizado de sanitización y esterilización para que pueda ser reutilizado. 

“Se eliminan todos los microorganismos que pueden ser potencialmente riesgosos. Finalmente hay un proceso de secado y el contenedor vuelve al hospital. Sin embargo, el ciclo de reutilización no termina ahí: el plástico recuperado de los materiales también se entrega con propiedades de inocuidad para su reciclaje”, relata el ejecutivo de Veolia.

Pinto añade que solo las piezas cortopunzantes (también esterilizadas) van a desperdicio a los rellenos sanitarios: “La diferencia con los tratamientos convencionales es que Veolia realiza el retiro en los propios centros y un proceso de sanitización permanente en sus plantas de tratamiento de residuos para que el contenedor siga circulando”.