Presidente ejecutivo de las Empresas Generadoras se refirió al futuro de la electricidad producida por energía solar y el desafío que supondrá almacenar el recurso para utilizarlo en diversos horarios.
“La disrupción que se nos viene, es la capacidad de almacenar energía solar en concentración solar de potencia”, señala Claudio Seebach al ser consultado sobre los desafíos que debe resolver la energía del sol para generar electricidad de manera continua, haciendo referencia al proyecto Cerro Dominador, que utilizará la concentración solar por medio de sales.
Pero no es el único camino que destaca el ingeniero. Otra forma de disrupción es la del almacenamiento en baterías, sobre lo cual, pronostica, habrá un quiebre tecnológico que se observará a contar de la próxima década, para lo cual, la expansión del actual escenario solar en el corto plazo juega un rol gravitante.
“Hemos visto que la capacidad instalada en Chile (plantas solares) ha crecido en los últimos años a tasas de más del 200%, y los estudios que nosotros mismos hemos encargado, que acabamos de terminar, hechos en Brasil y en Chile, muestran que probablemente vamos a pasar del 5% de generación en el 2017, a algo así como el 30% o más de generación del total eléctrico en nuestro país al 2030, y eso es obviamente una irrupción muy masiva, un cambio logarítmico exponencial, (lo que implica que) estamos haciendo un uso probablemente al máximo de lo que nuestro sistema es capaz de aprovechar y, además, reemplazando y haciendo que la generación termoeléctrica que hoy día es casi el 60%, baje a menos del 30%”, explica.
Al respecto, aclara que sobre la descarbonización hay que tener en cuenta que solo el 20% de la energía que consume Chile corresponde a la electricidad. Un 60% de la energía final consumida en el país corresponde a derivados de combustibles fósiles, utilizados por el transporte y la industria en procesos que no son electricidad; y el porcentaje restante corresponde a gas utilizado directamente en procesos industriales.
“La descarbonización hay que mirarla de manera integral. La economía chilena obviamente aporta muy poco a los gases de efecto invernadero a nivel global, pero tiene en el transporte, en la industria y en la generación eléctrica factores importantes de generación de Co2. Lo que estamos viendo es que la tecnología está transformando el sector eléctrico a una tasa muy, muy grande y muy rápida; y descarbonizando la matriz eléctrica. Lo que tenemos que ver es cómo, aprovechando la electricidad, el futuro va a ser básicamente expansión en base a energías renovables. La electricidad permitirá descarbonizar la economía, la electromovilidad, los procesos industriales y eso aprovechando además la eficiencia energética que tiene la electricidad”.
Entonces, agrega, “la electricidad nos va a dar descontaminación, no va a generar emisiones, (contribuirá con) menos gases de efecto invernadero porque va a reemplazar en el transporte y en otros medios los combustibles fósiles y, finamente, nos da mucha eficiencia energética, porque la transformación es muy, muy eficiente cuando la electricidad es aplicada directamente a algún tipo de motor o maquinaria”.
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