Generación Distribuida: Cuando los esfuerzos no son suficientes

En el marco de la reforma a la Ley de Distribución Eléctrica, destaca una propuesta que considera la creación del “agregador” de recursos energéticos distribuidos, elemento que a juicio de expertos, podría optimizar el sistema.

En los últimos años se ha dicho que la generación distribuida representa una oportunidad para una matriz descentralizada y democratizada al servicio de la población.

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Para actores del sector energético y entendidos en la materia, esta frase parece ser más una ambición que una realidad, porque si bien se ha avanzado, aún queda mucho por hacer, tanto a nivel residencial, con proyectos de autoconsumo, como en los Pequeños Medios de Generación Distribuida (PMGD).

Según los datos más recientes, con respecto a los generadores que están en el rango de los 300 kW hasta los 9 MW (PMG / Pequeños Medios de Generación Distribuida (PMGD), a julio de 2020 hay 1.302 MW de capacidad instalada. De éstos, el 87% corresponden a instalaciones conectadas a nivel de las redes de media tensión.


“En general, en lo que va del año, la generación distribuida a nivel de PMG/PMGD representa entre un 2% y 3% de la energía eléctrica producida y, como es normal, se espera que su aporte aumente durante el segundo semestre de 2020”, dice Darío Morales, director de Estudios de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (ACERA).

Aunque dicho porcentaje sigue siendo bajo, en la consultora Efizity ven buenas perspectivas de crecimiento. El principal factor de optimismo, a su juicio, radica en la reducción de los precios de la tecnología FV.


“El Índice de Precios de Sistemas Fotovoltaicos (FV), conectados a la red de distribución, comercializados en 2019 disminuyó un 13,6% en los precios de sistemas entre 500 kW y 1.500 kW, de acuerdo con el proyecto NAMA: “Energías Renovables para Autoconsumo”, implementado por el Ministerio de Energía y la GIZ”, señalan en la entidad.

Ahora bien, con respecto a generación residencial, es decir, instalaciones de menos de 300 kW de potencia conectada, a junio de 2020 se contabilizan 57 MW de capacidad instalada, concentrándose la mayoría de ellos entre las regiones de Valparaíso por el norte y el Maule por el sur.


Y en este último aspecto, es decir, en estas instalaciones de autoconsumo o Netbilling, existe un problema. En ACERA por lo menos, tienen esta opinión al señalar que si se considera que la ley 20.571, que modificó el artículo 149 del DFL4 fue publicada en 2012, el hecho de tener instalados sólo 57 MW ocho años después, es una muestra de que la política pública desarrollada para apoyar a este tipo de generación no ha dado los frutos esperados.

“En Chile, la política pública de Netbilling optó no por incentivar la inyección de energía a la red, sino que por promover la generación para abastecer los consumos propios. Además, hay que considerar que a la fecha aún no está en vigor el reglamento que implementa las modificaciones hechas a la ley en noviembre de 2018, que se supone vienen a mejorar el régimen de autogeneración”, comenta Darío Morales.


Una opinión que comparte Nicola Borregaard, gerenta general de EBP Chile, quien señala que aún queda mucho por avanzar en este tema. Al respecto, explica que con la reforma a la Ley 20.571 se dio un paso importante para, por un lado, incrementar el límite a 300 kw, y por otra parte, abrir paso a los proyectos de generación comunitaria, de propiedad conjunta, pero cuyo reglamento aún se encuentra en Contraloría.


“Es interesante este nuevo modelo que permitirá a comunidades de edificios, condominios, grupos de personas u otros, formar una planta solar fotovoltaica de propiedad conjunta bajo la modalidad de descuentos por inyección, en donde podrán ganar por economías de escala y aprovechar de mejor manera el recurso solar. Todo producto que la planta no tiene que estar estrictamente en el punto de consumo, sino dentro de la zona de concesión donde se encuentran los propietarios”, sostiene la ejecutiva.


El rol del almacenamiento


Es un hecho que en el último tiempo ha habido un aumento en la incorporación de fuentes renovables en la matriz energética, lo que impone el desafío de robustecer las tecnologías de almacenamiento. Ante este escenario, ¿cuáles son los desafíos que tiene el almacenamiento energético en proyectos fotovoltaicos de generación distribuida?

Desde ACERA dicen que a nivel de PMGD ya se están viendo proyectos que están comenzando a considerar la instalación de sistemas de almacenamiento. Esto les permite, entre otras cosas, modular sus inyecciones con el propósito de mejorar sus ingresos y, en algunos casos, de reducir las inversiones en refuerzos en las redes de distribución.


“Con respecto a la generación de autoconsumo y su uso conjunto con sistemas de almacenamiento, es muy probable que el factor precio todavía tenga un impacto relevante al momento de tomar la decisión de incorporar esta tecnología. De todas formas, una barrera general para la incorporación de los sistemas de almacenamiento es que ésta es una nueva tecnología que puede ser utilizada para participar en diversos mercados, lo que no necesariamente es reconocido por la regulación actualmente vigente”, asevera Morales.

Punto de vista en el que coincide Nicola Borregaard, quien sostiene que existen desafíos a nivel tecnológico, regulatorio y económico para un avance significativo en términos de almacenamiento energético en Chile.


“Actualmente, las baterías de litio son las más utilizadas y aún tienen desafíos en términos de tamaño y peso, pero por sobre todo, por su alto costo. No obstante, las proyecciones son alentadoras, ya que según información proporcionada por el Bloomberg New Energy Finance, al año 2030 el costo de las baterías alcanzará una disminución de un 67% respecto al valor actual”, indica la especialista.


La gerenta general de EBP Chile también dice que existen otros aspectos relevantes, como lo son la retribución de servicios complementarios a nivel distribuido, y el mercado de la comercialización peer-to-peer a nivel residencial, los que también ofrecerían otra salida comercial a la energía almacenada.


¿Qué retos le esperan entonces, a la generación distribuida en suelo nacional? Para el director de Estudios de ACERA, en el marco de la reforma a la Ley de Distribución se han identificado una serie de desafíos para la generación distribuida.

“El principal reto es que la nueva regulación reconozca adecuadamente el rol que la generación distribuida debe jugar en los sistemas eléctricos bajos en emisiones”, comenta Morales.


Por su parte, Borregaard plantea que en el contexto de esta normativa se está discutiendo una propuesta que considera la creación del “agregador” de recursos energéticos distribuidos.

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“La gestión de manera agregada de los retiros e inyecciones de diversos elementos de energía distribuidos – que pueden consistir en gestión de demanda, generación fotovoltaica, almacenamiento, baterías de vehículos eléctricos, u otros- es el elemento clave para optimizar el sistema”, añade Borregaard.



Fuente: Revista NME


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