El proyecto -que cuenta con apoyo transversal- regula el uso de leña como combustible de uso domiciliario y condiciones para comercialización. Esto va en beneficio de las familias y los productores, permitirá avanzar hacia un Chile más limpio.
Como un paso histórico, calificaron desde el Ministerio de Energía la aprobación, por parte de la Cámara de Diputados, del proyecto que regula los biocombustibles sólidos (BCS), como leña, pellet, briquetas, carbón vegetal o los desechos agrícolas.
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Aprobada con 109 votos a favor, la iniciativa crea los incentivos para que exista mayor disponibilidad de leña seca, lo que traerá importantes beneficios para los consumidores.
El Titular de Energía, Juan Carlos Jobet resaltó que “la regulación de la leña es un paso clave para mitigar los efectos del cambio climático que ya estamos viviendo. De este modo, las familias del sur de Chile podrán tener acceso a una energía más limpia, mejorando su salud y calidad de vida y alivianando el bolsillo”.
Durante la sesión en la Cámara de Diputados, el subsecretario de la cartera, Francisco López, indicó que “el proyecto viene a regular la calidad de la leña, especialmente su humedad, porque la leña húmeda emite muchos gases contaminantes. Esto cuidará la salud de los chilenos y nuestro medio ambiente, y permitirá a las familias dar un uso más eficiente de este energético. Cabe destacar que más de un 70% de las familias de Rancagua a Aysén utilizan leña. Al ocuparla con una humedad de 30% en comparación a una de 25%, las emisiones aumentan en 5 veces, por eso la necesidad de avanzar en una producción moderna y sustentable de leña”.
Así también, López explicó que “en el proyecto también nos preocupamos de los productores y comercializadores, quienes recibirán apoyo de diversos programas para adecuarse a las nuevas reglas. Terminaremos con la competencia injusta que existe entre vendedores de leña húmeda (de menor poder calorífico y más contaminante) y quienes venden leña seca”.
En ese contexto, el cuerpo legal establece que los productores deberán inscribirse en un registro de la SEC y certificar que sus procesos de producción originan biocombustibles sólidos que cumplen con las normas de humedad. Los productores certificados contarán con un Sello de calidad. Por su parte, los vendedores sólo deben inscribirse en el registro de la SEC y, como consecuencia de esta inscripción, podrán exhibir un Sello de Calidad. Quienes transporten BCS en camiones deben acreditar que el producto transportado va o viene hacia un productor que lo va a secar. Solo estos actores tienen obligaciones y podrían ser sancionados en caso de incumplimiento.
Claves del proyecto
El proyecto -que ahora pasará a su último trámite legislativo en el Senado- apunta directamente a evitar los problemas de salud de las personas, tales como ataques de asma, neumonía, bronquitis aguda, entre otros.
Además, significará un ahorro económico porque permitirá comprar leña seca con un poder calorífico 14% mayor que la leña húmeda, evitará el pago de leña húmeda al precio de leña seca, y, además, la regulación del formato de venta permitirá a los usuarios finales comparar precios. “También favorecerá el medio ambiente porque disminuirá significativamente la emisión de contaminantes, como el black carbon, que tiene un impacto en el calentamiento global 900 veces mayor que el CO2”, agregó el subsecretario de Energía.
El proceso para dictar las exigencias de producción y venta de los BCS se establecerá en un reglamento participativo. En él podrán participar los productores, las municipalidades, organizaciones ambientales, entre otros entes interesados.
Además, una vez que se hayan dictado las exigencias, el proyecto entrará en vigencia gradualmente:
Actualmente, existen varios programas que apoyan a los pequeños productores, como Leña Seca (infraestructura, maquinaria y capacitaciones), Centros integrales de Biomasa y el Sello de Calidad (reconocimiento a productores de leña seca). El Estado dará apoyo financiero y técnico a los pequeños y medianos productores.
Junto con lo anterior, el Ministerio de Energía elaborará cada cinco años un Plan en que deberá coordinar todas las políticas relacionadas, como fomentos, aislación térmica de viviendas, planes de descontaminación, etc. Este plan también será participativo y tendrá metas que evaluarán la eficacia de cada una de estas políticas.
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