“¿Significa esto algún tipo de estancamiento? En caso alguno. Esto se llama prudencia. Para este caso, su sinónimo sería equivalente a decir la continuidad del abastecimiento energético, lo cual implica siempre contar con planes de respaldo para el peor de los escenarios”.
Nolberto Sáez
Seremi de Energía Magallanes
Descarbonizar la matriz energética de Chile ha sido uno de los más importantes objetivos en el campo de la energía que el Presidente Sebastián Piñera se propuso al iniciar su Gobierno.
Esta importante meta, incorporada a la Ruta Energética 2018 – 2022, -elaborada con representantes de la ciudadanía y el sector energético-, es una pieza muy relevante dentro de un engranaje mayor que busca modernizar (actualizar) al país en materia de energía.
La modernización energética de Chile es la antesala de nuestro futuro energético y medioambiental (al menos). Por eso, hacerlo bien ahora, es un imperativo necesario si queremos un manaña eficiente, sostenible y limpio.
Los imprescindibles
En primer término y tomando como base nuestra tradición republicana de garantizar la continuidad de las iniciativas públicas de interés nacional, obliga, en consecuencia, a superar el horizonte temporal de tal o cual gobierno, pues en este entendido o premisa, descansa -creemos- la diferencia entre los países que progresan con sentido del bien común, de la visión de Estado, de aquellosque se empecinan en partir de cero, aun cuando haya trabajo adelantado.
Hoy tenemos un compromiso claro, establecido y reafirmado en la COP25, de llegar a ser un país carbono neutral el año 2050, por lo que sucesivas administraciones deberán recibir el testigo de la posta para cumplir esa meta ¡que ya no es la meta!; pues, con satisfacción y pese a los óbices que ha puesto la pandemia, fuimos capaces de adelantarla 10 años.
En este sentido, no tiene sentido dejar una tarea a medio terminar si esta tiene un propósito a largo plazo. Y tampoco lo tiene apresurar procesos que tienen limitaciones (claramente no en el sentido de algo así como un paso fronterizo), sino en el de limitación como un aspecto de la precariedad o incompletitud, que, en esencia son, por así decirlo, fuente de equivocaciones con potencial para hacernos retroceder no meses, sino años.
Es por ello, imprescindible haber contado con un detallado diagnóstico sobre la actualidad del sector energético mundial y nacional, para, sobre esto, construir, avanzar y perfeccionar lo recibido.
Nuestro gobierno ha seguido esta herencia convencido de que quienes nos sucedan, la continuarán establenciendo metas ambiciosas pero responsables y plausibles.
¿Significa esto algún tipo de estancamiento? En caso alguno. Esto se llama prudencia. Para este caso, su sinónimo sería equivalente a decir la “continuidad del abastecimiento energético”, lo cual implica siempre contar con planes de respaldo para el peor de los escenarios (considerando que Chile tiene un perfil riesgoso por eventos de orden natural tales como los meteorológicos, terremotos o volcanes).
La continuidad también debe seguir en términos de ejecución, puesto que mantendrá el impsulso de la constante instalación de nuevos sistemas de ERNC; junto a esto, ha que seguir mejorando la interconexión desde Arica hasta Chiloé.
Los desafíos de Chile en cuanto a sostenibilidad energética son grandes y complejos; no obstante, alcanzables; sólo si no descuidamos las variables clave que nos plantea el contexto: ambientales, regulatorias (político-legislativas), económicas y socioculturales.
Sin un marco jurídico acorde al presente con la justa proyección de estas variables que inciden en los desafíos del sector y la política pública que se impulsa, sin la estabilidad política que este eje económico conlleva (formativo, educativo en todos sus niveles y ámbitos), lejos de ayudarnos a alcanzar el objetivo, perfectamente puede transformarse en algo dramático, pese a las buenas intenciones. Un buen ejemplo -¿y mal recuerdo?-, el TranSantiago.
No queremos esto. ¡Todo lo contrario!
Como Gobierno y como Ministerio de Energía trabajamos con genuino esmero por mejorar y proteger siempre los equilibrios que permitan cada vez una mejor la calidad de vida a las actuales y a las futuras generación de este bello, largo y dembembrado país.
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